Mantener una ena comunicación sexual con la pareja es algo fundamental si lo que queremos es tener una vida sexual plena. Lo que sucede es que, en ocasiones, es algo que no resulta tan sencillo. Mostrarnos tal y como somos ante otra persona puede resultar difícil. Aunque se trate de nuestra pareja. En ocasiones que sea nuestra pareja lo hace aún más complicado. Especialmente si es el sexo el asunto respecto al que queremos sincerarnos. La comunicación sexual es algo fundamental.
Uno de los asuntos relacionados con la comunicación sexual con la pareja más complicados de tratar es el referente a las preferencias sexuales de cada cual. Especialmente, al principio de la relación resulta lógico que la forma de desempeñarse en las cuestiones relativas al sexo guarden pautas diferentes. Cada cual tiene sus ritmos. Cada uno tiene sus tiempos. Y cada uno sus deseos ocultos.
Sin embargo, precisamente para eso es para lo que sirve la comunicación sexual. Para establecer un criterio común. Una forma de desempeño del sexo donde todos se encuentren cómodos. De eso se trata. Una vez que hemos encontrado un contexto en el que ambos se pueden desenvolver con comodidad, todo resulta más fácil.
Una buena manera de introducir novedades en nuestras prácticas sexuales es proponer aquellas cosas que nos gustaría llevar a cabo. Por supuesto., en ningún caso desde la imposición. Siempre desde la empatía y tratando de hacer ver a la otra parte por qué nos resulta tan atractiva la práctica sexual que nos ocupe. Tratar este asunto desde la máxima naturalidad y, por supuesto, con todo el respeto, resulta fundamental.
Cuando los mecanismos de la comunicación sexual se ponen en marcha es preciso que no medie ningún tipo de distracción. Por supuesto, debemos elegir un momento del día en que ya no quepan las prisas ni las ansiedades propias de las ocupaciones diarias. Lo mejor es un memento relajadas. Por supuesto, debemos vocalizar toda la atención en nuestra conversación. Ni que decir tiene que la televisión o nuestro smartphone deberán esperar pacientemente su turno para no inmiscuirse en nuestras conversación.