¿Momentos de bajo deseo sexual? No te preocupes

¿Estás atravesando un perido de bajo deseo sexual? No te preocupes. Es más frecuente de lo que te imaginas. Y tiene solución. No lo dudes. Aunque cambie el contexto y las personas, la situaciones de pareja que se suele dar con mayor frecuencia es la siguiente. La persona A tiene un deseo sexual más alto que la persona B. La persona A, a menudo, comenzará el juego sexual pero la persona B no estará de humor.

La persona B tiene dos opciones: aceptar a regañadientes la sesión de sexo que no le apetece y arriesgarse a sentir resentimiento hacia su pareja en el futuro, o negarle a la persona A el sexo y sentirse culpable por no poder satisfacer sus necesidades. El bajo deseo sexual de la persona A se la juega a las dos. Pero la decisión no está clara. Ni mucho menos. Y eso es un problema. En realidad, dos.

Para la persona con mayor deseo sexual, si se le niega el tiempo de respuesta, puede experimentar sentimientos de frustración, insuficiencia, rechazo y baja autoestima. Pero si se producede el encuentro sexual, a pesar del bajo deseo sexual de su pareja y las pocas ganas de ponerlo en marcha, llegaría a sentirse culpable sabiendo que su amante, en realidad, se ha prestado a mantener relaciones sexuales a pesar de no desearlo.

Lo que está claro es que aunque, a menudo, se supone que la pareja que no quiere el sexo, la que atraviesa un momento bajo de deseo sexual, está feliz con el statu quo no tan sexual, a menudo no es cierto. A menudo, nadie en una relación como esta está contento con su vida sexual. De hecho, hay personas que se han sentido increíblemente culpables, sintiendo mucha vergüenza y nerviosas por el futuro de su relación.

Otro problema sobrevenido, añadido al del bajo deseo sexual, es que, al igual que sucede con otros muchos otros temas sexuales, la libido y el deseo no son temas sobre los que estamos preparados para hablar abiertamente, especialmente cuando nos sentimos avergonzados. Y no poder expresar las sensaciones que nos produce nos limita aún más. Cosa que, lejos de ayudarnos, enquista más el problema.

Si fuera más común hablar de cuestiones de deseo de manera más abierta, pronto nos daríamos cuenta de que no somos los únicos que tenemos problemas. Y menos este tipo de problemas. Este tipo de cosas nos pasan a todos. El deseo sexual es una experiencia realmente compleja. Se presenta muy influenciada por el contexto y por el entorno. Y, por eso, puede tener altibajos que no controlamos. Y no tiene por qué pasar nada. Es algo totalmente normal.

Como siempre, la confianza en la pareja es un buen comienzo. Hablar con nuestra pareja abiertamente de lo que nos ocurre siemrpe ayuda. Pero, sobre todo, recurrir a profesionales de la medicina sexual nos pondrá en la senda de la solución al problema. Sin ninguna duda. La mejor opción es un profesional.

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