La boca es un lugar tan bueno como cualquier otro para descargar el semene. Esto es así. Es posible que todavía pueda haber algún prejuicio por determinadas personas, pero no dejan de ser eso, prejuicios. En realidad, ingerir el semen de una corrida no solo no suponen ningún problema para la salud sino que, además, aporta un montón de elementos beneficiosos para quien lo ingiere. En cualquier caso, debemos recordar que el hecho de tragarse o no la lefa es también una opción. De forma que siempre se pueden encontrar caminos satisfactorios para ambas partes.
Es algo obvio que para un hombre resulta muy excitante correrse en la boca de su compañera de experiencias sexuales. Pero, al margen de lo excitante de la situación, hemos de observar que el hecho contrario, es decir, interrumpir una felación para correrse en otro lugar diferente a la boca es algo que corta el rollo a cualquiera. Que en el momento más excitante del encuentro sexual haya que andarse con reparos de este tipo, es algo que actúa de forma muy eficaz en contra de la libido.
Por otro lado, tenemos que saber que el semen humano es un alimento especialmente nutritivo. De hecho, contienen proteínas, vitaminas y minerales. Si miramos el asunto desde un punto de vista extrictamente nutricional, tragar semen resulta muy beneficioso para el organismo. Por contra, podemos decir que la aportación calórica es bastante elevada. Bueno, en realidad, esto sería una mala noticia según la situación de cada cual. Es posible que, en algunos casos, las calorías extras supongan una buena noticia.
Lo que sí es cierto es que, en algunos casos, el sabor del semen es algo desagradable. Esto tienen relación, especialmente, con la alimentación del individuo que provee de este fluido. Siempre hay algo que podemos hacer para mejorar el sabor. Quitar de nuestra dieta el alcohol y el tabaco siempre es una buena idea. Pero también podemos añadir algunos alimentos que mejoran significativamente su sabor. La piña, el mango, la naranja o el cardamomo son algunos ejemplos. La canela, la hierbabuena, la menta o el té verde también aportan a la lefa un sabor dulce bastante apreciado.