El sexo telefónico es una práctica que, desde hace bastante tiempo, se ha establecido en la sociedad de este país. los susurros, las respiraciones entrecortadas acompañadas de suspiros o quejidos en la oscuridad que proporciona la noche sólo son algunos de los estímulos que, emitidos por una voz desconocida para nosotros, llegan a convertirse en el comienzo de una sensación más que placentera dentare de nosotros. El sexo telefónico con desconocidos comenzó a comienzos del milenio con la normalización de la telefonía móvil y resiste hasta nuestros días las envestidas que le proporciona otro tipo de prácticas de carácter sexual.
El pudor o la vergüenza a practicar sexo telefónico con desconocidos es uno de los primeros miedos a los que hemos de enfrentarnos cuando queremos conectarnos con una persona de esta manera. Aunque no lo parezca es, sin ningún género de duda, una de las prácticas sexuales no convencionales más llevadas a cabo tanto por hombres como por mujeres.
Una de las partes positivas de este tipo de sexo es que al existir la barrera de la línea telefónica salvamos el primer obstáculo para enfrentarnos a una relación sexual, el hecho de realizar el esfuerzo de gustar a la vez que tratamos de seducir. El sexo telefónico nos ayuda a poner una máscara entre nosotros y la persona que está al otro lado del teléfono. A partir de ahí, y bajo esta protección, resulta mucho más fácil desinhibirnos para enseñar todas nuestras dotes eróticas.
En realidad, más allá de las técnicas que se utilicen frecuentemente, lo principal que hay que tener en cuenta del sexo telefónico es que, al igual que en cualquier otro tipo de práctica sexual, la imaginación juega un papel absolutamente definitivo a la hora de desarrollarlo. Cualquier mensaje puede ser descifrado de una u otra forma teniendo en cuenta, únicamente, el poder de nuestra imaginación.
Al final, como en cualquier otro tipo de práctica sexual, en el sexo telefónico podemos ser capaces de encontrar la forma de expresar nuestra emociones sexuales así como recoger la de la persa que nos acompaña en este tipo de fantasía.