A las mujeres se nos ha enseñado a odiar nuestro cuerpo desde la noche de los tiempos. Desde que empezamos a desarrollarnos y pasamos por la pubertad, nos dicen que nuestra figura no es lo bastante buena, que nuestra piel es demasiado imperfecta o que nuestro pelo ni siquiera está a la altura del de otras mujeres. Y luego están todos esos publicaciones sobre la celulitis o las estrías como «defectos» que hay que erradicar de tu cuerpo para que algún día puedas ser una pareja o una madre atractiva. Pero, ¡no te preocupes! Estoy aquí para decirte que esta actitud hacia ti misma va en contra de todo en la naturaleza (y la ciencia). Fue creada por el hombre -no por las mujeres- como una forma de mantenernos deprimidas y deprimidos porque, de lo contrario, ¿cómo podrían salirse con la suya tratándonos como basura?
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