La rutina mata. Al menos, mata las relaciones de pareja. Sucede cada día. Los problemas del trabajo, de la convivencia, de los niños y todos los demás problemas que nos podamos imaginar, de forma inevitable, afectan a nuestra vida sexual. Cada vez ponemos menos energías en preparar una velada sexual como nos merecemos. a esa dejadez que, según avanza la relación, va creciendo de forma inexorable la llamamos rutina. No hay nada peor para disfrutar plenamente de nuestra sexualidad que la rutina.