¿Qué hace la gente después del sexo? Seguro que te lo has preguntado alguna vez. ¿No es así? Pongámonos en situación. Lo has hecho. Has tenido relaciones sexuales. Habéis hecho de todo. Ambos os habeís sentido complacidos hasta alcanzar el clímax. Y ahora estáis ahí, preguntándoos: ¿y ahora qué? Bueno, todos tenemos nuestras propias actividades y rutinas después al sexo. Sin embargo, hay algunas que son las más comunes.
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Hablemos del himen
El himen, sin duda es un gran desconocido. En general, se suelen conocer pocas cosas de él, más allá de que se trata de una membrana que cumbre parcialmente la apertura vaginal externa. Bueno, en realidad, también se suele conocer que es de un tejido elástico que cuando se rompe suele producirse un pequeño sangrado. Vamos a conocer algo más sobre el himen.
La infidelidad
El asunto de la infidelidad es algo que, de siempre, ha estado presente en las conversaciones en torno a las relaciones de pareja. Sin embargo, como no podía ser de otra manera, el concepto de infidelidad no es igual para todos. Al no estar ante un concepto universal no podemos definir lo de una manera en la que todo el mundo esté de acuerdo. Estamos ante algo subjetivo. Precisamente por eso, resulta muy recomendable tener muy claro cómo interpretamos el concepto de infidelidad tanto nosotros como nuestra pareja. Sin duda, esto evitaría muchos problemas.
Las fantasías sexuales más recurrentes
¿Cuáles son las fantasías sexuales más recurentes? Puede que no hablemos de ellas abiertamente. Podemos mantenerlos cerca de nuestro corazón. O tal haberlas explorado apenas una vez. Tal vez, nos hayamos habernos divertido con ellas muchas veces pero, quizás, a algunos de nosotros no nos gusta admitirlo. El caso es que todos tenemos fantasías sexuales. Todos. Además, agunas de ellas son recurrentes.
La seducción: el inicio de todo
Probablemente, la seducción esté en el inicio de todo. La respiración de tener una vida sexual plena comienza, sin ninguna duda, en la capacidad para seducir. Todo lo relacionado con la seducción tiene una relevante importancia en el sexo. De eso no cabe ninguna duda. Pero, al contrario de lo que solemos imaginar, no sólo guarda relación con las personas del entorno. También ha de hacerlo con nosotros mismos. Probablemente este sea el secreto. Quien es capaz de seducir a sí mismo tiene mucho más fácil seducir a los demás. Esto sucede en cualquier ámbito de las relaciones sociales. Por supuesto, el sexo no iba a ser una excepción.
El flujo de sangre y el sexo
En realidad, la sangre es imprescindible para el sexo. Cuando se analiza fríamente, todo en el cuerpo, incluido el sexo, depende de un buen flujo de sangre. Sin más. La forma en que nuestro cuerpo se nutre y se mantiene vivo y vibrante es transportando oxígeno, hormonas y nutrientes a través del torrente sanguíneo a todos los tejidos y células. Cuanta más actividad realiza una determinada parte de nuestro cuerpo, más flujo de sangre se dirige a ese área. Esto funciona para los músculos cuando se hace ejercicio, los intestinos al digerir y el cerebro para estudiar o aprender una nueva tarea. El sexo no es una excepción. Ni mucho menos.
Las mujeres necesitan testosterona
Las mujeres también precisan testosterona. Algunas mujeres sienten que ya no tienen ningún interés en el sexo o el placer sexual como solías tener en el pasado. Tal vez su cerebro esté cooperando. Pero suele ser porque perciben que su clítoris no es tan sensible como antes. O, incluso, porque puede llegar a ser doloroso estimularlo. Muchas mujeres han experimentado una disminución en el placer y el deseo sexual debido a los efectos de la reducción de la testosterona. La pregunta de hoy es: ¿necesitan las mujeres la testosterona?
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