El último fetiche japonés ya está aquí. La cultura japonesa es rica y muy diferente a la occidental a al a que estamos muy acostumbrados. Sus costumbres, en algunos casos, nos parece admirables por responsables, educadas y éticas. En otros casos, simplemente nos parecen extrañas porque no las llegamos a entender. Se trata simplemente de eso, de una diferencia cultural que hace que a nosotros nos parezca extraño lo que a ellos les parece la cosa más natural del mundo. Un claro ejemplo es el último fetiche japonés que los medido han hecho publico. En realidad, no sé muy bien cómo deberíamos catalogarlo. juzguen ustedes mismos: se trata de un restaurante donde se puede practicar besos negros a diferentes culos femeninos dispuestos para la ocasión.
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El sexo y la música
La relación que existe entra el sexo y la música no puede ser más amplia e intensa. Son muchas las parejas que cuando preparan el lugar que será testigo de su encuentro sexual buscan un espacio para colocar las canciones que más motivadoras les resulten. Es evidente que cada cual tiene sus gustos musicales y las diferentes elecciones pueden ser de lo más dispar. De esta manera, lo que a unos puede resultar tremendamente evocardor para otros peude resultar absolutamente soporífero. Sin embargo, gustos musicales al margen, el poder de la música como elemento inspirador dentro de un encuentro sexual puede ser tremendamente amplio.
Técnicas para el orgasmo femenino
Encontrar técnicas para el orgasmo femenino no es tarea fácil. PAra la mayoría de los hombres, alcanzar le orgasmo no supone un problema. Estamos hablando, por supusto, de aquellos que no tienen enfermedades sexuales que afecten a su aprato sexual. De hecho, lo habitual suele ser que lo alcancen con más facilidad de la necesaria. Sin embargo, para la mayoría de las mujeres, alcanzar el orgasmo acaba por convertirse en una tarea más ardua. De hecho, el problema relacionado con la incapacidad de alcanzar el orgasmo, conocido como anaorgasmia, es el segundo problema más consultado a los profesionales de la sexología. Por lo tanto, tener a mano unas cuantas técnicas para que el orgasmo femenino se haga presente, siempre resulta algo positivo.
El erotismo y la sexualidad
¿En qué piensas para excitarte?
¿En qué piensas para excitarte? Sin duda, habrá tantas respuestas a la pregunta cómo personas que se la formulen. La diversidad en todos los ámbitos de la vida resulta palpable Basta con asomarse a la calle para ver lo diferentes que podemos llegar a ser unos de otros. Por supuesto, en materia sexual no podía ser de otra manera y la diversidad también es abundante. Cada persona se excita de formas muy diversas. Con toda seguridad, lo que a una persona le puede resultar tremendamente excitante a otra no tiene por qué y al contrario. Para excitarte utilizas métodos que a otra persona no le funcionarían, de la misma manera que a otra persona no le funcionarían los tuyos. El sexo, un aves más, funciona como casi todas las demás facetas de la vida.
El placer del buen cine porno
El buen cine porno puede ser un auténtico placer que, además, podemos disfrutar todos y todas. En realidad, no son muchos los que confiesan su afición por el porno pero, sin duda, se trata de una realidad. Es cierto que no toda la oferta reúne los requisitos mínimos de calidad exigibles. Sin embargo, cuando se realiza con calidad, buen gusto y con al sensibilidad adecuada, el producto se vuelve extraordinariamente atrayente para casi todos los públicos. Es un hecho que el buen cine porno cuenta sus seguidores por millones.
La doble penetración
La doble penetración es, sin duda, la fantasía sexual preferida por la mayoría de las mujeres. Sin embargo, la inmensa mayoría de ellas no se ha atrevido a probarla. Estamos hartos de observar en el cine porno escenas en las que se practica un trío entre os hombres y una mujer. Cuando esta escena se da, parece que todo está abocado a la práctica de la doble penetración. Sin embargo, cualquiera que lo haya practicado sabe que la dificultad de su puesta en práctica es mucho mayor de lo que pudiera parecer al observar la escena.