Las relaciones de pareja evolucionan con el paso del tiempo. Es algo que resulta inevitable. En algunos aspectos esta evolución puede ser favorable. Como en la confianza y seguridad que se va ganando en la otra persona con el paso del tiempo. En otros, de forma inevitable, se tiende a empeorar. POr supuesto, las relaciones sexuales son un claro ejemplo.
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La depilación del vello púbico en las mujeres está cada vez más generalizada. Hasta hace poco, el monte de venus de casi cualquier mujer estaba cubierto por una exuberante melena. Sin embargo, el vello púbico ha pasado de moda por un tiempo. Cada vez es más difícil descifrar la estética de una hendidura púbica. Encontrar a una mujer con su pubis sin depilar se ha vuelto una tarea casi imposible. De hecho, parece que los jóvenes de entre 18 y 25 años se ven especialmente afectados. Pero no es algo inherente a las personas más jóvenes. Más allá de esta edad, el vello púbico está mucho menos presente de lo que ha estado nunca.
Que las jaquecas guardan relación con el sexo lo sabemos todos. Muchas veces hemos dejado de tener sexo, precisamente por ella. Puede que nos afectase a nosotros en algunas ocasiones. Es posible que la ñas jaquecas le afectasen a nuestras parejas en otras ocasiones. El caso es que, con cierta frecuencia, terminan apareciendo.
Las emociones negativas y el sexo no son la mejor combinación para tu libido. De hecho, sentimientos como la ira, la tristeza y la preocupación afectan el deseo sexual mucho más de lo que la mayoría de nosotros comprende. El deseo sexual generalmente se considera como un impulso hormonal básico. A menudo se compara con el hambre o la sed y la sociedad en gran medida lo ve como algo sobre lo que simplemente no tenemos control. O tienes una libido alta o una libido baja y lo único responsable de esto son las hormonas.
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La vergüenza y la libido pueden llegar a estar muy relacionadas. Las mujeres que acuden a terapia sexual, a menudo tienen dificultades para lidiar con la sexualidad. Una parte de ellas cree que no es buena idea que les guste el sexo. Algunas tienen remordimientos por participar en el sexo casual. Esto provoca emociones durante el sexo como la vergüenza. Cuando esto sucede, estar presente en la cama se vuelve realmente difícil, lo que a su vez hace que experimentemos un deseo sexual más bajo o nulo con el tiempo.
La verguenza puede influir negativamente en la libido. No siempre somos conscientes de ello, pero las emociones negativas durante el sexo pueden surgir cuando menos lo esperamos, librando el sexo del placer y el disfrute. Si experimentas vergüenza, culpa o ansiedad al tener relaciones sexuales, no estás solo. De hecho, estos son sentimientos que se discuten a diario, sin importar la dificultad sexual que se presente.
