Acaba de llegar la primavera y, como no podía ser de otra manera, nuestros instintos más básicos sufren la revolución de todos los años por estas fechas. El buen tiempo, las muchachas que aligeran sus ropas, los chicos que aceleran su puesta a punto para el verano y oras muchas cuestiones nos empiezan a hacer que estemos casi constantemente dispuestos para una buena sesión se sexo improvisado. La primavera, sin duda, la sangre altera.