Las mentiras del sexo

Las mentiras están presentes en nuestra sociedad. A todos los niveles. No tenemos más que afinar el oído en el supermercado, encender la tele o abrir los ojos en el trabajo para enceontrarnos con mentiras. Como no podía ser de otra manera, el sexo también está plagada de ellas. Y es que, al final, cada elemento de la sociedad es juez y parte de la misma.

Continuar leyendo «Las mentiras del sexo»

Mentiras sobre sexo

Mentiras sobre sexo habrás oído a patadas. Son muchas las cosas que, más o menos están establecidas en el ideario de las personas comunes en relación al tema que nos ocupa y que, sin embargo, no tienen nada que ver con la realidad. Hoy vamos a enumerar una serie de mentiras sobre sexo que puede que, en algunos casos, desconozcas. Vamos a ello.

Continuar leyendo «Mentiras sobre sexo»

Mitos sexuales femeninos equivocados

Hoy vamos a comentar una serie de mitos sexuales femeninos equivocados que están muy presentes e nuestras sociedades, a pesar de que ya se sabe a ciencia cierta que estamos ante cuestiones inequívocamente erróneas. Resulta evidente que el hecho de someter a una sociedad a prejuicios e incultura termina haciendo mella en las sociedades que provienen de ella. De esta manera, a pesar de contar con el conocimiento suficiente como para determinar que los mitos sexuales femeninos equivocados que vamos a tratar no tienen ningún sentido, aún hay quien se los cree.

Continuar leyendo «Mitos sexuales femeninos equivocados»

Tú tranquila, que yo te aviso

Tú tranquila que yo te aviso. ¿Qué hombre no ha pronunciado alguna vez esta frase? ¿Qué mujer no la ha escuchado atónita aguja vez? En contra de lo que pueda parecer la frase funciona perfectamente para el fin para el que estaba concebida. Como todos sabemos, es la típica frase que un hombre dice a una mujer cuando parece que el hecho de que le eyaculen en la boca no es lo que más le apetece en ese momento. Por supuesto, cuando llega el momento, el varón ha olvidado por completo su compromiso y, al menos una parte de la corrida, de forma inevitable, llega hasta la campanilla de la ingenua compañera de juegos. Tú tranquila, que yo te aviso pero, a la hora de la verdad, se olvido de avisar.

Continuar leyendo «Tú tranquila, que yo te aviso»