Echar un polvo en casa, hay veces que no tienen precio. Da igual si llueve, si está tronando o si nos entran unas ganas locas de tirarnos en el sofá para ver la tele. El problema, dirán algunos, es cuando no tienes con quien echar un polvo en casa. La solución, nunca mejor dicho, está en tu mano. O en el el bolsillo de tu pantalón. Son muchas las acompañantes que ofrecen la posibilidad de ir a los domicilios privados de los clientes por lo que ya no hay excusa para no disfrutar en casa del sexo como debe ser