El mundo de la fama y el sexo están íntimamente relacionados. A todo el mundo le gusta disfrutar de una buena sesión de sexo cunado le apetece. Por supuesto, cuando hablamos de personajes de la fama la cosa no es difierente, salvo porque las posibilidades que ellos tienen de hacerlo con una mayor frecuencia y con mayor grado de galmour. Si el común de los mortales tiene en el sexo una modesta fuente de placer, las personas que son conocidas públicamente y que se mueven a un nivel económico muy superior al de la media, además, son capaces de poner en marcha casi cualquier fantasía sexual, por atrevida que pueda resultar en un principio.