En ocasiones, el erotismo oriental transcurre por límites que nouestra mentalidad occidental no es capaz de entender O, al menos, no es capaz de enterderlo del todo, Hay una nueva corriente seuxal que recibe el nombre de Nyotaimori y que es la práctica japonesa a través de la cual se comoe sushi que, previamente, ha sido ervido sobre la desnudez de una mujer o, en ocasiones, de un hombre. A este último caso se le denomina Nantaimori. En ambos casos, el que come sushi es del sexo contrario de quien lo porta. Sin duda, una curiosa forma de erotismo oriental,
Etiqueta: sexo y familia
El origen del incesto
Hoy vamos a hablar del origen del incesto, al menos en términos etimológicos. La palabra está formada por el prefijo «in», que implica negación y la lpalabra latina «castus», cuyo significado es casto, puro. Por lo tanto, la unión de los dos términos niega la castidad o puerza. Esta palabra, en sus orígenes, se utilizaba para definir cualqueir tipo de relación sexual que no estaba bien viesta por la soiedad del momento. Se utilizaba para calificar igualmente un adulterio que las relaciones no consentidas que aquellas relaciones que se pudieran mantener con personas de la misma familia. Con el paso del tiempo, el vocablo «incesto» permaneció para nombrar esta última acepción.
Las mujeres necesitan más sexo
Las mujeres necesitan más sexo del que tienen. Eso es un hecho. A una mujer promedio, la media de 1,3 relaciones sexuales por semana que las estadísticas dicen que se mantienen en España se les queda bastante corta. Basta comenzar una conversación relativamente profunda, en materia sexual, con una mujer para darse cuenta. SI el nivel de profundidad asciende, pronto confesará que, además, el orgasmo de media al que se llega en cada encuentro también le parece insuficiente. Las mujeres necesitan más sexo o, quizás, lo que en realidad necesitan es una mayor calidad en su vida sexual.
El sexo en plena crisis
A pesar de lo que se puedes llegar a pensar, el sexo en plena crisis, sigue presente en nuestras vidas y en nuestra sociedad. Y esto sucede a todos los niveles. Lo que sucede es que, de igual manera que el resto de aspectos relacionados con la forma de relación de un individuo con el mundo, se sienten afectados cuando el contexto socioeconómico es el propio de una economía en recesión durante un larguísimo, casi eterno, periodo de tiempo. De hecho, algunos expertos apuntan a que el sexo en plena crisis, evoluciona, o retrocede, según se vea, hacia unos hábitos más conservadores. Esto que resulta una evidencia en cualquier aspecto, llama la atención que también se de en materia sexual pero parece que es así.
¿Eres un pervertido?
¿Quieres saber si eres un pervertido? En ocasiones nos dejamos llevar por los tópicos a la hora de ornarnos una opinión sobre algo. También sucede cuando opinamos de nosotros mismos o de algunas conductas. Esto se ve especialmente cuando valoramos nuestras preferencias sexuales. En ocasiones, sólo porque no nos parece que sea lo habitual, calificamos una práctica como de perversión cuando, en realidad, simplemente es eso, una práctica sexual más. Vamos a intentar ayudarte a platearte y a responder preguntas para que puedes valorar su, en realidad, eres un pervertido o no.
El poder de las tetas
El poder que tienen las tetas de una mujer, como todos sabemos, es incomparable a cualquier otra cosa. Bien es cierto que, en ocasiones, las curvas que forman los pechos de una mujer compiten con el culo en lo que a provocar deseo se refiere. Sin embargo, por norma general, la parte de la anatomía femenina que más atrae sexualmente a los varones son las tetas.
Japón y la pérdida del sexo
En Japón, cada vez hay menos sexo. Tanto es así que la natalidad se ve claramente amenazada por esta causa. No sólo es que los japoneses tengan cada vez menos relaciones sexuales es que, además, el interés por el sexo y las ganas de tenerlo también experimentan una tendencia claramente descendiente. Y no estamos ante una manera de hablar ni ante una exageración. Ni mucho menos. Estamos ante una realidad concreta y palpable que se refleja en el descenso que, año tras año, sufre la tasa de natalidad de Japón. Entre 2013 y 2014, el país asiático cuenta con un millón y medio de habitantes y, de continuar con esta tendencia, en el año 2100, habría reducido a la mitad su población actual.