Sin duda, uno de los momentos más deseados durante un encuentro sexual es el de la penetración. Se trata de un acto simple y a la vez sublime. Un intercambio primitivo y a la vez espiritual que nos funde con nuestra pareja. En el caso del hombre, es una proyección al exterior para entrar en un lugar donde será recibido con amor y pasión. Para su pareja se trata de un acto que implica una gran confianza al entregar su cuerpo para recibirle dentro de ella.
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El sexo anal
Todo el mundo sabe lo que es el sexo anal. No hace falta explicarlo. Estaremos cayendo en una obviedad si decimos que es la práctica sexual consistente en introducir el pene, o en su defecto cualquier juguete con forma fálica, por el ano del compañero de juegos. Parece que el sexo anal, o sodomía, no es patrimonio de lo seres humanos y que otras especies animales, como primates y algunos cánidos también presentan alguna afición a esta práctica sexual.
Un pene grande
¿Quién dijo que el tamaño del pene no importa? ¿Quién dijo que el tamaño del pene no cuenta para las mujeres? En realidad, lo más importante es saberlo utilizar, sea grande o pequeño, pero el tamaño sí que importa. Si a una mujer ávida de sexo le ponen a elegir entre un micropene, un pene pequeño, un pene de tamaño medio y un pene grande, ¿qué crees que eligiría? Probablemente el pene grande sea el que más excitación le transmite a priori, pero, introducirse por la vagina una polla de descomunales dimensiones, puede llegar a ser un problema. Un doloroso problema.
La penetración: ¿qué sentimos cuando estamos dentro de ellas?
Por supuesto todos tenemos una idea de lo que es una penetración y de lo que se puede sentir: es dulce, es excitante, caliente, húmedo… Pero, ¿qué sentimos realmente cuando estamos bajo ellas o sobre ellas, cuando vemos sus párpado entornados, y las observamos saboreando su voluptuosidad?
Ante la pregunta “¿Qué siente Vd. cuando penetra a una mujer?”, las reacciones son muy variopintas. Pasada la primera impresión, algunos declinaron la invitación a contestar, aunque en la cara se percibía que la pregunta les había entrado en el fondo de su cabeza y se marchaban analizando para sí la posible respuesta.
Algunos otros se mostraban excitados de inmediato. Algunos se lo tomaron con humor, otros le daban un rollo metafísico, otros más perverso… De modo que hubo que centrar un poco el asunto. ¿Cuáles son las primeras palabras que vienen a la mente cuando pensamos en la penetración? Podríamos esperar respuestas del tipo «calor”, “suavidad”, “humedad»… Pero surgieron otras como «seda», » terciopelo». De hecho, todos coinciden en que la textura es fundamental, y, desde luego, diferente con cada mujer.
«Hay vaginas agresivas. Otras infantiles… asustan. Quizás las vaginas marcan la personalidad de la mujer y su principal característica como tímida, elegante, animal, brutal, desagradable. En algunas parece que flotas y no sientes nada. No vibran…»(Emmanuel, 52 años)
» Conocí a una chica con una vagina granulosa y esto me molestaba. Tenía la impresión de estar en un guante con arena » (pascual, 36 años)
» Están también los perfumes. Los olores. El resto del cuerpo. Lo que ella hace por nosotros. Es difícil de aislar la sensación de penetración de todo lo que lo rodea. Es global. » (Julien, de edad de 34 años)
» Es fluido, envolvente. » (Bernard, de edad de 28 años)
» Es absorbente, vibrante, acogedor. » (Pascual)
» Con o sin preservativo, cambia todo. Sin, percibimos mucho mejor» (Julien)
«La presión, el calor, la forma en que juega con nuestro muñeco. Esto es lo que hace la diferencia. Acariciando o no, deslizando o no. Más o menos húmeda: demasiado, no es cómodo. No se siente nada «(Pascal).
Como veis son muchas las descripciones y cada una, con una forma muy personal de detallarnos lo que se siente cuando llegamos al momento de la penetración.