Sabemos que el cuerpo humano es bastante complejo en lo que se refiere a su funcionamiento y esta complejidad también se ve reflejada en la atracción sexual que sentimos por otra persona o por la que le proyectamos. Por eso, no sólo influye en el deseo sexual lo que vemos. El tacto, los aromas, el tono de voz, todos los sentidos se unen para determinar si alguien nos atrae o no sexualmente. Otro de los factores que influyen en nuestro deseo sexual son las feromonas.
Las feromonas son unas sustancias químicas secretadas por los seres vivos con el fin de provocar en otros individuos, generalmente de la misma especie, algún tipo de comportamiento: desde algún tipo de aviso o alerta hasta el envío de señales con fines sexuales o de apareamiento.
Hasta hace relativamente poco tiempo, no estaba claro si los seres humanos producíamos feromonas y, en caso de hacerlo, con qué fin. Sin embargo, ya existen estudios que han confirmado que los seres humanos somos capaces de producirlas y percibirlas.