Parece que la pandemia afecta, en alguna medida, al deseo sexual. Al menos eso afirman algunos expertos en la materia. De hecho, en algunos casos, puede el encierro prolongado así como el temor ante las posibles consecuencias que la pandemia puede provocar una cierta inhibición del deseo sexual. Parece que este fenómeno podría perdurar en los más jóvenes, incluso una vez pasado el periodo de confinamiento.