El apasionante descubrimiento del squirting

Probablemente el squirting ha sido el culpable de uno de los mejores momentos que he vivido con el sexo. Y espero que el squirting siga acompañándome durante lo que me queda de vida sexual.

Hace unos días, manteniendo relaciones con mi pareja, tuve una experiencia increíblemente satisfactoria. Ella lo  compartió conmigo y ahora lo voy a compartir con vosotros. A otro nivel, eso sí. Como os adelantaba, el squirting fue el responsable de todo esto.

Estábamos viendo una película porno, ignorantes aún de lo que era el squirting, y, por supuesto, poniéndonos a mil. Yo, decidido a darlo todo, me fui, sigilosamente a estimular su partes bajas con un buen sexo oral. Coincidió con una escena similar de la película y fuimos mimetizándonos con ella y, al final, acabamos imitando cada secuencia que iba apareciendo en el televisor. Así fuimos llegando a una de las experiencias más intensas que recuerdo haber tenido en mis relaciones sexuales.

Parece que aquello que, accidentalmente, sucedió se llama squirting. Aunque sea desconocido por la gran mayoría, hasta hace poco por mí también, las mujeres también tienen la capacidad de eyacular. En algunos casos de forma exagerada. Dentro de la vagina se encuentran  las glándulas de Skene que, en el momento de la eyaculación, producen un líquido transparente. Dependiendo de la mujer, puede tener mayor o menor intensidad.

Por lo visto, en la parte superior de la vagina se encuentra el denominado punto G que, estimulado convenientemente, produce una inflamación, incómoda al principio y muy placentera si se tiene la paciencia y el tacto suficientes. Algunas posiciones, como en cuclillas, con las nalgas en los talones y el cuerpo hacia atrás, favorecen este tipo de estimulación en el que, ignorantes de sus consecuencias, nos estábamos introduciendo.

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¿Cuántos sinónimos de paja podrías decirme?

Puede que la forma más conocida  y utilizada sea “hacerse una paja”, pero la masturbación masculina tiene un montón de expresiones diferentes. Aquí van unas cuantas, por orden alfabético:

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¿El punto G existe o es una leyenda?

Cómo llegar al punto G
Dónde encontrar el punto G

¿El punto G existe? Que yo lleve años intentando buscarlo sin éxito no parece que sea evidencia suficiente para asegurar su no existencia. Este debate se ha mantenido durante siglos entre los expertos. Mientras unos creen rotundamente en la existencia del punto G, otra parte de la comunidad científica continúa negándola con vehemencia. Es posible que no puedan llegar a creer en algo que nos son capaces de ver en un microscopio.

El Doctor Beverly Whipple se pasó largos años escuchando a sus pacientes sobre las cosas que ellas sentían. Aunque la ciencia no encontraba evidencias de la existencia del Punto G, las pacientes del doctor sí. Quizá no empíricas, quizá no visibles a través de un microscopio pero, sin embargo, tan reales como las sensaciones. Ante la suma de experiencias relatadas de forma apasionada se lanzó a validar aquellas sensaciones reales que experimentaban sus pacientes. Se lanzó en busca del punto G.

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El clítoris y su estimulación

El clítoris es el único órgano, tanto del cuerpo femenino como del masculino, cuya única finalidad es dar placer. A diferencia del pene, que tiene varias funciones (además de la meramente placentera, tiene una urinaria y otra reproductora) y con el que se le suele erróneamente comparar, no se le conoce ninguna otra función. A él llegan cerca de 4.000 terminaciones nerviosas, lo que  convierte al clítoris en el órgano con el mayor número de ellas (más incluso que la lengua).

Sin embargo, a pesar de esta función exclusiva, el clítoris sigue siendo ese gran desconocido.  En muchas de las clases de sexualidad que se imparten en los colegios o en los institutos no se habla o se hace una breve mención sobre él. La mayoría de las mujeres tienen que descubrirlo por ellas mismas y, muchas de ellas, tardan en hacerlo y no saben muy bien como estimularlo correctamente.

Se estima que sólo un 30% de la población femenina puede tener un orgasmo manteniendo relaciones sexuales sin estimular el clítoris. Lo que convierte al 70% restante, en mujeres que sólo pueden llegar a sus más altas cotas de placer mediante la estimulación de este pequeño órgano.

La mayoría de los hombres también desconocen la ubicación del clítoris y no saben cómo estimularlo correctamente para que su pareja pueda disfrutar mucho más en sus relaciones sexuales. Se sigue pensando que una mujer disfruta más con una penetración (ya hemos visto que para la mayoría de ellas es bastante difícil) y no se tiene en cuenta que, estimulando convenientemente el clítoris mediante los dedos, con cualquier tipo de juguete sexual  o realizando un buen cunnilingus, el placer que podemos proporcionar a nuestra pareja es infinitamente mayor que el que va a conseguir con un simple mete-saca. Y, evidentemente, seguro que sabrá ser muy agradecida y tratará de compensarnos del mismo modo.

Anillos vibradores: qué son y cómo se usan

Llevo años intentando dar el primer paso para utilizar estos chismes tan peculiares llamados anillos vibradores.

Es un producto que principalmente me genera un no parar de pensamientos y preguntas graciosas.

Los anillos vibradores son juguetes sexuales que se ponen en el pene erecto cuando estás manteniendo relaciones sexuales con tu pareja (o con quién sea). Hay una idea que no se me va de la cabeza y es la de que puestos en situación, e intentando utilizar este juguetito erótico, te de por pensar que tu pene es una minipimer. Sí. Ya sé que puede sonar un poco extraño ponerte a pensar en ese momento que a tu pareja le vas a introducir un aparato duro como el acero acompañado de un juguete vibratorio rodeando el mismo y que suene igual que si estuvieras haciendo mayonesa para una ensaladilla rusa en la cocina de tu casa. Siento poner en esta tesitura a quien nunca lo haya pensado porque le acabo de jorobar el momento en sí. Continuar leyendo «Anillos vibradores: qué son y cómo se usan»

¿El tamaño del pene importa?

Y ya estamos dándole vueltas a lo mismo… otra vez. Que si el tamaño del pene importa o no importa. Y al final… yo siempre llego al mismo punto. Yo tengo lo que tengo… y ya está. ¿Qué culpa tiene nadie?

Tamaño del penePues mire Vd… Según a quien le preguntes te dirá una cosa u otra. Hay para todos los gustos.

Un reciente estudio realizado en Estados Unidos, en el que se preguntaba a un montón de féminas a cerca de sus preferencias en cuanto al tamaño del pene, llegaba a la conclusión de que para ellas, cuando el miembro viril masculino se pasa de unas determinadas dimensiones, acaba por perder todo su encanto. Sin embargo, el mismo estudio realizado en tierras Australianas, arroja el dato de que ellas prefieren las grandes.

A ver, ya sé que a más de uno os he jodido el viaje ése que teníais planeado para las próximas navidades, en el que os proponíais ir a conquistar sexos hambrientos a Oceanía, ahí… a lo Alfredo Landa. Pues lo siento, chatos. Estas cosas, casi es mejor saberlas antes de sacar los billetes. Os acabo de ahorrar un piquito. Pero, por favor, no me deis las gracias. No importa. Lo hago encantado.

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¿Sexo con o sin gemidos?.

¿El sexo debe ir acompañado de gemidos?, hay personas que gimen más que otras, personas que exageran los gemidos y otras personas que los reprimen para no ser oídos.

 

Los gemidos son una expresión fisiológica del placer, en parte se gime por instinto, cuando alguien gime al practicar sexo le está enviando una señal a su compañer@ de aventuras, el acompañante relaciona el gemido con el placer y por lo tanto interpreta que lo que está haciendo en ese momento le gusta a su compañer@ de cama.

Esto es algo muy intuitivo que sabe prácticamente todo el mundo, por eso algunas personas exageran los gemidos o directamente los fingen, para dar a entender a la persona con la que está compartiendo sexo que algo le gusta, aunque no le guste tanto, o bien que es una persona que se excita fácilmente, aunque realmente no lo sea.

 

¿Y por qué alguien querría fingir?, claramente para dar a entender que es una persona a la que le gusta el sexo o para subir la autoestima a su pareja, tanto a los hombres como a las mujeres les gusta practicar sexo con alguien a quien sepan hacer disfrutar, si ven que la otra persona disfruta se sienten bien, por eso algunas personas prefieren fingir a reconducir a su pareja sexual hacía caricias que le darían más placer. Con lo cual, algunas personas se privan a sí mismas del placer a la vez que engañan a sus acompañantes.

 

Así que fingir gemidos no conduce a nada, ya que al final confunde a la otra persona y sólo se consigue privarse del placer a uno mismo.

Por otra parte, hay personas que hacen todo lo contrario, reprimen sus gemidos porque les da vergüenza que les escuchen los vecinos, los hijos o su propia pareja…. Gemir de placer es bueno, porque cuando alguien lo hace exterioriza lo que siente y disfruta más cuando no se reprime, a parte, al gemir le da pistas a su compañer@ de cama sobre lo que más le gusta. Cuando alguien tiene un orgasmo explosivo sin hacer ruido minimiza el placer que podría llegar a alcanzar.