En el sexo, fantasear es sinónimo de éxito. Sin embargo, no siempre lo tenemos en cuenta. Como todos solemos tener perfectamente localizados nuestros órganos sexuales, resulta demasiado frecuente que pongamos todos nuestros esfuerzos en trabajar, únicamente, esa zona. Si hay algo que diferencia realmente al ser humano del resto de los animales es su capacidad para imaginar cosas que no están sucediendo. Esta circunstancia resulta altamente gratificante si sabemos cómo utilizarla a nuestro favor en materia sexual. Una vez más, queda claro aquella afirmación que sostiene que el más importante de nuestros órganos sexuales es el cerebro. Fantasear es un lujo que todos nos podemos permitir y que puede hacer que nuestra vida sexual mejore considerablemente.
Categoría: Fantasías sexuales
Hablamos sobre representaciones mentales acerca de las relaciones sexuales que nos excitan.
Sexo en el transporte público
El transporte público es un lugar como otro cualquiera para mantener relaciones sexuales. El sexo hay que tomárselo con total naturalidad y dar respuesta a un calentón es una situación a la a que cualquiera se puede enfrentar en cualquier momento. De hecho, tener sexo en el transporte público es una de las fantasía sexuales que con más frecuencia se repite en la población mundial. Muchos, han dejado de tenerlo como fantasía sexual y han pasado a tacharlo de la lista de las cosas pendientes de hacer.
La música y el sexo
Si el sexo tiene un aliado cercano, fiel y que nunca falla, sin duda, éste es la música. Es más que habitual, entre todo tipo de parejas que, al comenzar a preparar un escenario para el encuentro sexual, uno de los preparativos a los que más tiempo dediquen sea la elección de la banda sonora que acompañará al momento. Sin duda, la música es un compañero fiel al sexo y la mayoría de las personas que mantienen sexo de forma habitual así lo piensan.
La introducción al sadomasoquismo
A veces sucede que alguien quiere comenzar con su introducción al sadomasoquismo pero se enfrenta a una serie de problemas que pueden paralizar la iniciación. La mayoría de lis problemas, en realidad suelen estar dentro del propio individuo. En primer lugar, el que tiene curiosidad por acercarse a este mundo, suele enfrentarse a sus propios temores. Principalmente el temor a lo desconocido. ¿Qué me encontraré? ¿Y si no fuera lo que yo busco? Los miedos a contárselo a su pareja también son muy frecuentes en aquellos que quieren iniciar su introducción al sadomasoquismo. Pero, sin duda, los miedos más poderosos y extendidos están en el rechazo social que pudiera suponer formar parte de esta opción sexual.
El calentón sexual
Sufrir un calentón sexual es algo que l puede suceder a cualquiera. A veces ni siquiera se trata de vivir una experiencia en la que el estímulo sexual sea exagerado. Simplemente se reúnen las circunstancias para que le nivel de excitación que experimentamos creada de forma exponencial e incontrolable. Cuando se sucede este hecho podemos vernos ante dos posibles situaciones. En primer lugar, la más conveniente, es que nos suceda acompañados de una persona dispuesta a sofocar nuestras ansias sexuales o, mejor aún, que experimente el mismo calentón que nosotros y decidamos desfogarnos juntos o, por el contrario, la posibilidad más triste,e s decir, que, a pesar de estar totalmente cardíacos en materia sexual no tengamos a nadie cerca dispuesto, o dispuesta, a dar salida a nuestra realidad sexual.
El consumo de pornografía
La mayoría de la gente piensa que a todos los hombres les gusta la pornografía. Como en todo en esta vida, las generalizaciones no son más que una vaguedad inexacta. Por supuesto que esto no es así. Es más, ni a todos los hombres les gusta la pornografía ni la pornografía es una cosa exclusiva de hombres. A algunos hombres les gusta la pornografía así como a algunas mujeres también les gusta. Únicamente a modo de ejemplo, no hace mucho que una novela de evidente contenido erótico arrasó entre las mujeres.
Cómo masturbar a un hombre con los pies
Hay algunas personas a las que los pies les producen una gran atracción sexual, hasta el punto de conseguir excitarse manipulándolos o con el simple contacto con ellos. Es lo que se conoce como podofilia. Este tipo de parafilia es más común entre los hombres, que suelen admirar y disfrutar con los pies de las mujeres. También es frecuente que no sólo se dediquen a un simple jugueteo con esta parte del cuerpo, sino que les guste que les masturben con ellos. Si tu pareja te lo ha insinuado alguna vez, o quieres sorprenderle con algo nuevo, te contamos cómo masturbar a un hombre con los pies y conseguir que tengan una experiencia muy placentera y excitante.