En nuestra ultima entrada hablamos sobre el piercing sexual masculino y algunas de sus posibilidades. Por supuesto que entre las mujeres también es un objeto altamente cotizado. Prueba de ello es que un gran número de mujeres jóvenes optan por la opción de anillarse el sexo con alguna de las múltiples opciones que están a su disposición. Como en el caso de los hombres, en las mujeres, el piercing sexual se centra en todo el aparato genital. Vamos a repasar algunos de ellos.
El piercing sexual para ellos
El piercing erótico, como todos podemos imaginar, responde, únicamente, a fines relacionados con el sexo. El fin ultimo de un piercing erótico no es otro que resaltar nuestros atributos más íntimos en las lides sexuales. En realidad, no que no está muy claro qué es lo que hace de ello algo tan atractivo para determinadas personas. Puede que el secreto esté en el hecho de contar con un cuerpo extraño en las zonas más íntimas o, incluso, que su presencia active la sensibilidad de determinadas terminaciones nerviosas. El caso es que es un hecho probado que, ya sea de forma activa o de forma pasiva, su presencia en el sexo lo hace más placentero. Vamos a hacer un recorrido por lagunas de as posibilidades de piercing que los hombres tiene a su disposición.
El clítoris y el placer
El clítoris es, sin duda, el mayor tesoro de la anatomía humana. Estamos hablando del único órgano del ser humano cuya única finalidad es la de dar placer. Bien es cierto que existen otros órganos con un número de terminaciones nerviosas suficientes como para transmitir una gran cantidad de placer a su portador pero, en todos los casos en que esto sucede, no es su única función. Por ejemplo, los hombres tienen pene y, en torno a su glande se concentran una cantidad ingente de terminaciones nerviosas, sin embargo a nadie escapa que la función del pene no se limita a lo relativo placer. Tareas como la reproducción y la excreción de sustancias también le son asignadas a este órgano. En cambio, el clítoris sólo sirve para general placer.
El pene, un órgano excepcional
A estas alturas, no cabe ninguna duda de que el pene es un órgano absolutamente excepcional. Su capacidad para adaptarse a la situación es realmente asombrosa. Yo, desde luego, me declaro como un fan incondicional de mi pene. Además, conozco a algunas otras personas que también lo son. Pero, dejando a un lado los egos de macho en celo, he de confesar que su manipulación no es tan sencilla como pudiera parecer. Bien es cierto que el pene es un órganos agradecido como pocos. Habitualmente suele responder a cualquier muestra de cariño con entusiasmo. Pero, a pesar de ello, no está de más tener un profundo conocimiento sobre su funcionamiento par a poder utilizarlo como la situación requiere.
La mujer y el sexo duro
¿Has probado a poner «mujer sexo duro» en Google? El popular buscador afirma que hay 3.390.000 entradas relacionada con esta combinación de palabras. No está mal. en realidad anda bastante lejos de, por ejemplo, las 99.800.000 entradas que tienen la búsqueda «Brad Pitt» pero, sin duda, da una idea de que, en realidad, las mujeres también están interesadas en el sexo duro y no es un patrimonio exclusivo de algunos hombres.
La rutina contra el sexo
La rutina mata. Al menos, mata las relaciones de pareja. Sucede cada día. Los problemas del trabajo, de la convivencia, de los niños y todos los demás problemas que nos podamos imaginar, de forma inevitable, afectan a nuestra vida sexual. Cada vez ponemos menos energías en preparar una velada sexual como nos merecemos. a esa dejadez que, según avanza la relación, va creciendo de forma inexorable la llamamos rutina. No hay nada peor para disfrutar plenamente de nuestra sexualidad que la rutina.
La lubricación femenina
Una adecuada lubricación en las zonas sexuales femeninas resulta totalmente imprescindible para que el coito transcurra con el éxito deseado. Pero las virtudes de la lubricación, en realidad no se limitan a esto. Por un lado, el nivele lubricación de una mujer puede indicar el grado de excitación, y por tanto de receptividad sexual, que posee en ese momento. Por otro lado, estéticamente, una mujer my lubricada puede ser un auténtico placer para todos lo sentidos. Y, en este caso, todos significa todos. El gusto, el olfato, el tacto, la vista e, incluso, el oído, pueden llegar a sentir verdaderos escalofríos de placer al interactuar con una vagina bien lubricada.