El sexo en la actualidad es muy diferente a como era en el pasado. Un estudio de comportamiento descubrió que aproximadamente una cuarta parte de la población europea entre los 18 y los 29 años no tuvo relaciones sexuales durante un año o más. Una tendencia que se da en varias sociedades occidentales y que ha ido en aumento en las últimas tres décadas. Hablemos un poco más del sexo en la actualidad.
Para los expertos, la explicación de esta situación parece estar en la preferencia por lo virtual sobre lo real. Hay demasiadas solicitudes virtuales que requieren respuestas y satisfacen a esta generación. El sexo en sí mismo puede ser sin una pareja activa. El placer, el deseo o la actividad sexual ya no son una prioridad. No cave dudas de que en la actualidad el sexo es diferente.
Parece que diferentes aspectos pueden estar contribuyendo a esta crisis de juventud. En definitiva, podemos decir que existen cambios en la cultura de los jóvenes. Algunos de ellos pueden ser que viven hasta tarde en la casa de tus padres, los efectos secundarios de os antidepresivos o la explosión de Netflix. También pueden resultar determinantes el aumento de estrógenos debido al plástico en los alimentos, la caída de testosterona o la adicción al porno digital.
El caso es que lo real es cada vez más un lugar peligroso, donde las reglas no son claras. De hecho, están llenas de trampas e interpretaciones múltiples. El riesgo de ser humillado por el rechazo pasa a ser el mayor de los miedos. Y estas aplicaciones de los acoplamientos están diseñados para que tal humillación no ocurra, ya que hay un cambio hecho para anular la posibilidad de rechazo.
Ante tanto sexo digital, tanta emoción online, tanta emoción de anticipación en las aplicaciones, tanta conversación en sexting, el sexo tradicional en sí mismo resulta decepcionante para una persona joven.
Si seguimos a este ritmo cada vez más lento, la humanidad está en vías de extinción, ya que el sexo es la materia prima sin la cual la fábrica de bebés difícilmente puede trabajar a toda velocidad.