Del erotismo todos tenemos una idea intuitiva. Sin embargo, no es tan sencillo explicar qué significa. De hecho es bastante posible que cada uno tenga su propia idea de erotismo. Y esta no coincida con las demás. Lo que sí está claro es que el erotismo es una parte relevante del ser humano. Sin ninguna duda. También coincidiremos en parece claro que se trata de algo te va mucho más allá que el sexo. Quitaremos a varios autores para entender las diferencias existen entre diferentes interpretaciones del mismo concepto.
Según Georges Bataille, importante filósofo y pensador francés de la primera mitad del siglo XX: “la actividad sexual reproductiva es algo común entre los animales sexuados y los hombres pero, al parecer, son solo los hombres los que han hecho de su actividad sexual una actividad erótica. En ella, la diferencia entre el erotismo y la actividad sexual simple, es una búsqueda psicológica independiente del fin natural, dado en la reproducción y del cuidado que hay que dar a los hijos.”
Octavio Paz, uno de los escritores centroamericanos más relevantes de la Historia y Premio Nobel de Literatura afirmó que: “ante todo el erotismo es algo exclusivamente humano. Es sexualidad socializada y transfigurada por la imaginación y la propia voluntad de los hombres. La primera nota que diferencia al erotismo de la sexualidad, sin duda, es la infinita variedad de formas en que se manifiesta. En todas las épocas y en todas las tierras.”
Por último, Esther Perel, psicoterapeuta y escritora belga, autora del best seller “Inteligencia erótica”, sostienen que: “los animales tienen sexo y es la naturaleza, es el impulso primario, es el instinto y es procreativo. Los seres humanos tienen una vida erótica. Transformamos la sexualidad, la socializamos a través de nuestra imaginación.”
Todos coinciden, a pesar de las diferentes sensibilidades al respecto, en que el erotismo es propiedad exclusiva del ser humano y en la transcendencia que, a partir del acto sexual, presenta. El concepto de transformación permanente como a nivel social como individual también resulta muy presente en el planteamiento conceptual que nos ofrecen los tres pensadores a los que citamos.
