El mantenimiento de los juguetes eróticos es algo que tenemos que tener muy presente. Resulta muy habitual que un buen número de parejas o de personas sin parejas introduzcan en sus juegos eróticos un buen número de juguetes sexuales. Afortunadamente, han caído un buen número de prejuicios en este sentido. Esto ha permitido que mucha gente alcance un nivel de placer en el sexo que no habían tenido la suerte de alcanzar anteriormente. Y esto lógicamente, juega a favor de la felicidad de las personas. Sin embargo, no todo el mundo es consciente de que este tipo de accesorios sexuales conllevan un mantenimiento.
No debemos olvidar que el mantenimiento de los juguetes eróticos no solo es una cuestión de durabilidad del aparato. Por supuesto que también. Pero, principalmente, se trata de una cuestión de salud. La mayoría de estos aparatos están diseñados para ser insertados o frotados contra elementos realmente sensibles de nuestra anatomía. Mantenerlos con un nivel de limpieza elevado es algo imprescindible para evitar problemas de salud.
Lógicamente, si les damos el mantenimiento adecuado a nuestros juguetes sexuales, su uso se extenderá por más tiempo. Esto es así. Pero un uso correcto del aparato en este sentido también evitará que nos pongamos en peligro. Por supuesto, cuando una personas adquiere uno de estos juguetes, ha de asegurarse de que su estado de funcionamiento es bueno. Lo primero es saber que todo funciona correctamente.
Inmediatamente después de comprobar que su funcionamiento es el adecuado, hemos de pasar a la limpieza exhaustiva del aparato en cuestión. Siempre es necesario lavarlo antes y después de cada uso. Si se trata de un juguete con pilas, hemos de tomarnos la precaución de lavarlo y almacenarlo sin ellas. Si esto no fuese así, podríamos provocar que la oxidación de estas por el contacto con el agua degenerase en problemas tanto para el aparato como para nuestra salud. Cosa que, lógicamente, ninguno queremos que suceda.
También hemos de recordar que los juguetes sexuales es mejor no compartirlos. Las bacterias de una persona pueden viajar fácilmente hasta la otra a través del juguete. Y si lo hiciéramos, al menos, hemos de asegurarnos del uso de un preservativo.