La escatología y el sexo son conceptos que, en ocasiones, pueden estar relacionados. Y resulta, además, tremendamente placenteros. Solemos hablar de sexo sucio para referirnos a la lujuria. Pero también podemos hacerlo para referirnos a la suciedad escatológica que puede recibir en determinadas prácticas sexuales. El placer que puede ofrecernos ocasiones la escatología es algo que normalmente no se vincula a las relaciones sexuales. Sin embargo esta relación es tan posible como real y placentera. No lo dudes.
No resulta tan extraño la relación que proponemos entre escatología y placer. De hecho, resulta muy común que cuando una persona acude con cierta urgencia al retrete experimente un alivio muy cercano al placer. Si con este ejemplo hemos entendido la capacidad de placer que nos puede producir el acto de la evacuación, los pasos que nos queda para poder relacionar esta práctica con el placer sexual son muy pocos.
Que defecar sea una actividad que nos genera placer es una cuestión bastante lógica. Sin duda. No en vano el ano está rodeado de una enorme cantidad de terminaciones nerviosas. Es posible que si este acto no nos resultase placentero la supervivencia de la especie estaría el juego. Una vez reconocido el placer que la expulsión de heces nos provoca habitualmente parece lógico pensar que haya personas que hayan querido sublimar esta forma de placer sumándole otras conocidas.
La compro filia es el placer que se experimenta al manipularte alguna manera los excrementos. Para algunos esta escatología es una manera de volver a la infancia. Seguro que Freud establecería una fijación anal forjada en la infancia para aquellos que lo disfrutan. Otros, simplemente disfrutar del placer que supone experimentar en el sexo introducir otra actividad que ya nos resulta placentera.
Los límites, como siempre, están en el respeto. Nunca debería esforzarse a ninguna persona a probar algo de lo que no está plenamente convencido. En ningún caso. Por supuesto, muchísimo menos en un asunto que pudiera resultar tan delicado como este. Como diría el genial director de cine Woody Allen: “el sexo solo es sucio si se hace bien.” Y en esas estamos.