Como el perfume es, sin duda, algo que sublima el sexo. Como decía Pascal Quignard: «amar a alguien es amar con locura su olor.» Y es que el olfato cuenta con una enorme capacidad para quedarse en nuestra memoria. Sin duda, es un aliciente único para el deseo sexual. Supone un impacto rápido y eficaz en el sistema límbico. Como sabemos este es el responsable de activar nuestras emociones. De esta manera como un perfume es capaz de llevarnos a mundo de fantasía.
Es obvio que nuestra sociedad ha producido perfume de una forma permanente. Resulta igual de evidente la relación que estos suelen tener con el sexo. Si aún no hemos descubierto esta relación basta con que veamos alguno de los muchos spots publicitario de este tipo de artículos. No es casualidad que el contenido erótico de los mismos sea la única forma que los publicistas tienen de presentar su producto.
La relación entre el perfume y sexo es algo que se da de forma completamente natural. En el fluido vaginal de una mujer, sobre todo ensuciarse ovulación, aparecen unas feromonas. Aunque su olor no es especialmente perceptible, estas actúan directamente en el hipotálamo. Es sólo un ejemplo de La forma en que el olfato actúa sobre el sexo.
Los esfuerzos que desde tiempos inmemoriales han venido realizando los perfumistas han venido encaminados, precisamente, a fortalecer este tipo de relación. Asociar determinados colores con otro tipo de instinto ya establecido en nuestra propia naturaleza les garantiza la necesidad de su uso por supuesto, el nivel de ventas de un producto de estas características será mucho mayor.
Algunos perfumes han llegado a ser considerados de una forma excepcional. El precio de alguno de los más populares se ha llegado a disparar hasta límites insospechados. La oferta de este tipo de artículos es cada vez más variada. Sin embargo como algunos clásicos permanecen entre nosotros desde hace casi dos siglos.