Hablar sobre hacer una pausa para masturbarse en el trabajo es algo que se ha puesto de modo. De pronto, en buen número de medios ha aparecido este asunto como tema recurrente de conversación. Y si es así, por algo será. Desde luego, el lugar de trabajo es un lugar en el que pasamos un buen número de horas. Las necesidades básicas del organismo deben ser resultas con solvencia. Y, no cabe duda, el sexo lo es. Así que no parece algo tan descabellado lo de hacer una pausa para maturbarse en el trabajo.
Es evidente que mastrubarse aumenta los niveles de dopamina del organismo. Por lo tanto, es una acción que nos transmite felicidad. Pero no solo eso, además nos relaja y elimina una parte de la agresividad propia de la convivencia. Así que, en prinicpio, parece que es una situación que conviene tanto al trabajador como a su entorno y, por lo tanto, a la empresa.
Cuando uno se ha masturbado, la cosa mejora. Esa situación, en el caso de llevarlo a cabo, se traspasaría al trabajo. Así que todos felices. Alguno diría que después de que su empresa se pasase años tocádole salva sea la parte, ahora ni siquiera se digna a hacerlo y le pide que sea él mismo quien lo haga. Puede que se trate de derechos adquiridos. Nunca se sabe lo que interpretaría un juez ante una demanda de este tipo.
Lo que sí queda por resolver en el asunto de la mastrubación en el trabajo son los detalles. Así, por ejemplo, qué pasará con aquellos que sean demasiado rápidos. ¿Podrán utilizar en tiempo que les sobre en repetir? ¿O habrán de reincorporarse inmediatemente al trabajo? Dicho de otra manera: ¿cómo se medirán las pausas dedicadas a la masturbación? ¿En tiempo o en orgasmos? ¿Y los que tarden demasiado en alcanzarlo? ¿Deberán recuperar el tiempo extra? Reglamentar este asunto de una forma justa requiere plantearse un buen número de cuestiones. No cabe duda.
Quizás, las empresas más generosas quieran que sus empleados cuenten con una ayuda extra. Bien sea en aras de la satisfacción del mismo o de la ganar tiempo para el trabajo. Eso también puede generar algún tipo de conflicto con los empleados. Suponemos que, en este caso, habría peleas para conseguir la primera pausa de la mañana.
