La lactancia erótica es una de las muchsa posibilidades que ofrece el sexo. Sin duda, las opciones sexuales que podemos elegir son muchas y varidas. Esta es una más. Saber disfrutar por completo de nuestra sexualidad es algo absolutamente recomendable. Desde luego, explorar rincones no convencionales es parte de la formación sexual de cualqueir individuo. El uso de la lactancia erótica con fines sexuales podría forma parte, sin duda, de este territorio por explorar.
Y es que resulta totalmete fascinante en mundo de la sexualidad erótica. No debemos olvidar que el género humano es fundamentalmente sexual. La sexualidad está en el origen y en el desarrollo de cualquier vida humana. Disfrutar de esta faceta de una forma abierta resulta imprescindible para alcanzar un alto nivel de felicidad emocional en nuestra relación para con el sexo.
La lactancia erótica, como se puede imaginar, consiste en el uso de la leche materna fabricada por los pechos de la mujer con fines sexuales y no alimenticios. Se utiliza, fundamentalmente, para dar de mamar a la pareja en pleno proceso sexual. Sin embargo, no es la única opción. Ni mucho menos. El uso sexual de la leche materna pueda alcanzar tantos fines como nuestra imaginación nos permita.
Lo primero que hemos de hacer para disfrutar de este acto es despojarnos de los prejuicios. Ninguna relación tiene el amor que podamos sentir por la criatura en cuestión con el uso que hagamos de nuestra sexualidad a todos los nivels. Así que hemos de entender que la leche materna es un elemento más del cuerpo de la mujer y que su uso para unos fines u otros no nos hace mejores o peores personas.
Es cierto que, hasta hace no mucho, en occidente, la lactancia erótica se ha venido considerando poco menos que una perversión. De hecho, en algunos ámbitos la incluían como un comportamiento asociado a algún tipo de transtorno psiquiátrico. Afortunadamente, parece que ya no es así. De hecho, se trata de una práctica erótica muy difundida desde tiempos inmemoriales. Incluso un buen número de obras pictóricas clásicas se acercan a este tema con total naturalidad.