El dildodrón es un juguete sexual que lleva algún tiempo entre nosotros. Se trata, sin duda, de un concepto de diversión sexual bastante novedoso. Estamos en un mundo en el que las novedades no son sencillas de encontrar y en el que estas solían tener relación con los colores, tamaños, sabores o texturas, como es en la industria de los dildos. Sin embargo, el dildodrón sí que ha supuesto una auténtica novedad. De eso no cabe ninguna duda. Una aplicación al mundo de la industria sexual de la tecnología ya existente y que, hasta ahora, no se había incluido en este campo. Fantástico. Se trata de algo realmente excitante.
Y es que los drones hace ya tiempo que nos resultan totalmente integrados en nuestra sociedad. No nos extrañamos si miramos al cielo y comprobamos como alguno de estos dispositivos recorre nuestros cielos. En ocasiones como simple entretenimiento. En otros casos para llevar paquetería. Por supuesto, para grabar un concierto de rock o un acontecimiento deportivo relevante. Y, cómo no, para cualquier uso relacionado con la seguridad a cualqueir nivel. Las posibilidades son muchas.
Sin embargo, el mundo del erotismo y la juguetería para adultos, hasta ahora, no había reparado en la posibilidad de darle un uso relacionado con la sexualidad a esta tecnología. El dildodrón ha acabado, afortunadamente, con esto. Al menos esto es lo que cualquiera hubiese pensado al ver el vídeo que con este aparato como protagonista y la inestimable colaboración del cómico Jenni Ruiza ha elaborado Michael Krivicka. Lo han adivinado, se trata de una broma. Muy divertida, pero solo una broma.
Para quienes no hayan visto el vídeo aún, se trata de un dron de los que cualquiera podamos haber visto en la calle, equipado con un enorme dildo y que se maneja por control remoto para jugar con él de la manera que cada cual estime más oportuno. Lástima que se trata de una broma. El producto promete. De eso no cabe duda. ¿No te parece?
El creador del vídeo asegura en su cuenta de Twitter estar recibiendo enormes cantidades de encargos para un producto que no existe… de momento. Puede que haya llegado el momento de que algún fabricante de juguetes eróticos para adultos tome nota y se ponga en marcha. A por ello.
