Podemos acercarnos a las bases neurológicas que explican la conducta sexual del ser humano a través de las diferentes vías que las componen. A día de hoy, aún nos resultan desconocidos aquellos mecanismos neuronales que subyacen a las sensaciones y percepciones del orgasmo. Tanto en un género como en el otro. En esto, hombres y mujeres funsionan igual. Sí sabemos que, en lo que a la respuesta sexual en sí se refiere, existe una activación a nivel sensorial de los mecanismos recpetores de los órganos sexuales. A través de esta activación es como se ponen en marcha las eferencias parasimpáticas y simpáticas que intervienen en la conducta sexual. Nos acercaremos, por tanto, a sus bases neurológicas.
En lo que a la vía simpática se refiere, son los mecanoreceptores del pene en el caso del hombre y del clítoris en el de la mujer, los que envían hacia la raíz de la médula sus axones. De esta manera alcanzan el cuerno dorsal de la médula. Así es como se proyectan las columnas dorsales del individuo hacia el cerebro. Esto es lo más reseñable en lo que a este punto respecta. En definitiva, el penen y el clítoris cumplen la misma función.
En lo que a la vía parasimpática se refiere, la erección sufre el control, principalmente, de los axones del sistema nervioso parasimpático. La combinación de los axones mecanorreceptores de los genitales y de los axones que descienden del cerebro hacen que se activen directamente las neuronas parasimpáticas de la región sacra. Suena complejo, pero apenas es un reflejo involuntario. Esto sucede de la misma manera en el clítoris. El sistema parasimpático activa la liberación de acetilolina que, a su vez, incrementa el volumen del flujo sanguíneo. Lo que activa la erección. Tanto del clítoris como del pene. Una ve más, ambos cumplen la misma función.
En lo referente a la vía simpática, cuando la estimulación sexual es menos intensa, también se produce una combinación. De la misma manera. Esta vez es entre las neuronas que descienden del cerebro y los axones que vienen del pene o del clítoris. Esta combinación activa las neuronas simpáticas que se ubican en el segmento lumbar y en el torácico de la médula. Esto es lo que activa la eyaculación en el caso del hombre. También produce la activación a lo largo del orgasmo en las mujeres.