Sexo seguro es la denominación de una serie de recomendaciones y prácticas en las relaciones sexuales con el propósito de reducir el riesgo de contraer o contagiar alguna enfermedad de transmisión sexual. Probablemente, una de las enfermedades de transmisión sexual más temidas sea el SIDA, pero también cualqueir otra. Otro de los objetivos d el sexo seguro es el de facilitar el control de la natalidad mediante el uso de métodos anticonceptivos u otras prácticas sexuales.
El concepto sexo seguro es recíproco, por lo que implica el mantenimiento de relaciones sexuales que no pongan en riesgo la salud de los demás. Algunas prácticas de sexo seguro, como el uso del preservativo, son eficaces para prevenir las enfermedades de transmisión sexual y como métodos anticonceptivos, por lo que contribuyen, en las parejas heterosexuales, evitar embarazos no deseados.
Como en cualquier actividad, no existe una garantía de tener una relación sexual sin ningún riesgo, o 100% segura, pero las circunstancias en las que son realizadas las relaciones sexuales puede modificar sustancialmente, incrementando o decreciendo, el nivel de riesgo al contagio de ETS al que se enfrentan las personas.
Las ETS principalmente se transmiten por el intercambio de fluidos durante el acto sexual, ya que estas son provocadas por microbios (bacterias, hongos y protozoos) y virus, los cuales necesitan estos medios, cada uno de una manera específica, para infectar un nuevo huésped. Por lo tanto, es importante tener en cuenta las regiones y fluidos del cuerpo humano que entrarán en contacto para la evaluación del riesgo de contagio. Típicamente, son la mucosa, el semen y la sangre donde se encuentra la mayor concentración de factores de contagio.
La piel es una excelente barrera para una gran cantidad de infecciones no solo sexuales sino de una sintomatología mucho más diversa. Sin embargo, algunos parásitos como la ladilla pueden infectar otro cuerpo por el contacto de la región infectada, en este caso, el pubis.
Las otras regiones de contacto con el exterior, cubiertas por mucosa, como la boca, el ano y la vagina en la mujer, presentan menor protección frente a infecciones venéreas, según sus características histológicas, fisiológicas y ecológicas.