Los gustos musicales y el sexo están profundamente relacionados. Está científicamente demostrado que la permeabilidad de la música en el individuo, a nivel emocional, es tan importante comparada con cualqueir otra actividad humana, que resulta totalmente determinante en nuestros comportamientos de todo tipo. Como no podía se de otra manera, si esto sucede con cualqueir actividad humana, por supuesto, también ha de suceder, y sucede con el sexo. Evidentemente, la diferencia en los gustos musicales indican diferentes sensibilidades hacia la vida y, de la misma manera, también indican diferentes preferencias sexuales.
Las personas cuyos gustos musicales se sienten más atraídos por el Rock resultan ser pasionales, activos y tienden a llevar la iniciativa en el sexo. Otra de sus características es la perseverancia que imprimen a suas acciones sexuales. Los mejores amantes, parecen ser los que prefieren la música Jazz. La pasión por Coltrane o Charlie Parker indica una clara elección de la excelencia en su tendencia musical pero también en la cama. La mezcla de la pasión por el Roc y el Jazz puede dar una combinación absolutamente salvaje.
Los que prefieren la música Pop entre sus gustos musicales suelen estar en clara desventaja en la cama. Se trata de peresonas que resultan ser demasiado conservadores, tanto en la vida como en el sexo, lo que les impide descubrir una mundo de posibilidades fuera de su zona de confort. Peor posicionads aún están los que siguen la música comercial. En el sexo, como en la vida, suelen ser fieles sirvientes de los deseos de los demás, lo que les deja poco margen para la iniciativa y para la investigación acerca de la propia sexualidad.
La elección entre los gustos musicales de una persona de géneros como el Soul y el Blues, así como todas sus variantes, suele mostrar individuos que gustan de experimentar sensaciones nuevas y son muy persitentes en la búsqueda permanete de la innovación. En ocasiones suelen caer en la adicción a determinadas parafilias aunque, en otras, pueden lelgar a controlar sus impulsos para disfurtar de ellso sin que les lleguen a provocar un problema de adicción.