El trampling es una práctica sexual que consisste, básicamente, en la obtención de placer sexual por el hecho de pisar o ser pisado, según sea el rol adoptado en cada caso. El juego sexual puede extenderse a caminar sobre una persona o que alguien lo haga sobre ti. En general, solemos clasificar este tipo de práctica como una variedad más del BSDM, ya que, en realidad, estamos poniendo en práctica acciones en las que uno de los dos participantes, al menos, es sometido. además, el trampling no deja ser un fetiche de pies y calzado.
La imagen más clara que podemos dar para describir el tramplin es la formada por una mujer calzada con unos buenos tacones que camina pisando el torse de un hombre. Sin embargo, la imagen sirve para explicar solo una de las posibilidades. La realidad nos muestra un buen número de variaciones sobre esta idea central. Así, todas las combinaciones que se nos puedan ocurrir incluyendo personas y tacones pueden resultar válidas y posibles.
El trampling recurre con frecuencia al uso de tacones altos que, frecuentemente, resulta un elemento muy excitante tanto para hombres como para mujeres. Cuando los tacones son de aguja la excitación suele crecer exponencialmente a la vez que aumenta el dolor causado. No hemos de olvidar que el cualqueir juego de sumisión el dolor causa un importante nivel de excitación. Sin embargo, los tacones no son elementos fundamentales para poner en marcha este tipo de juego sexual.
El trampling, pues, se suele practicar sobre la base que ofrece el cuerpo de otra persona. Puede llevarse a cabo sobre el pecho, sobre las costillas, sobre la espalda, las piernas o los glúteos. Resulta conveniente ser especialmente cuidadosos con las partes más sensibles como la cabeza o los genitales. Es muy importante que la persona que camina sobre el otro sea capaz de mantener el equilibrio con solvencia. Tenemos tener en cuenta lo peligrosos que pueden lelgar a ser los objetos que utilizamos si no lo hacemos de forma correcta. A modo de ejemplo, podemos deicr que un tacón de aguja podría llegar a taladrar un cráneo, lo que, por supuesto, hace que deje de ser un juego.