Afrodisíacos desconocidos

Existen un buen número de afrodisíacos desconocidos para la mayoría de las personas. Resulta habitual, cuando alguien saca el tema de los afrodisíacos, que se mencionen una buena colección de productos que, en teoría, sirven para producir un incremento del placer durante un encuentro sexual o, tal vez, para aumentar el deseo sexual ym por lo tanto, el interés por mantener una relación sexual de forma inmediata. En ralidad, lo que tradicionalmetne buscaban este tipo de sustancias es potenciar la necesidad de favorecer el contacto genital. Sin embargo, existen un buen número de afrodisíacos desconocidos para la mayoría que busca favorecer otro tipo de deseos, principalmente los que no tienen que ver con el coito ni siquiera con lo genital.

Todos hemos oído hablar de alimentos como el aguacate, la albahaca, la alcachofa, las ostras atribuyéndoles propiedades afrodisíacas. En determinadas culturas han ido más allá y han llegado a considerar los cuernos de rinoceronte o elefante, por citar alguna barbaridad de las muchas que se han cometido, como elementos capaces de estimular la libido, En cualquier caso, todas ellas se considera que lo hacían desde un punto de vista relacionado, únicamente, con el coito y lo genital, a diferencia de los afrodisíacos desconocidos habitualmente que tienen un gran poder destimulador desde el deseo no genital.

Este tipo de afrodisíacos desconocidos o, al menos, no tenidos en cuenta por la mayoría de los mortales suelen ser, principalmente, emnociones, conductas y actitudes que, sin ningún género de dudas, cuando se poseen en dosis importantes suelen incrementar el deseo sexual desde una parte más erótica y menos genital.

Uno de los más importantes afrodisíacos es la confianza con nuestra pareja sexual. Tener un alto nivel de complicidad resulta tremendamente excitante. Contar con afectos y sentimientos comunes con nuestra pareja sexual, ya sea circunstancial o estable, también juega siempre a facor del deseo. Mostrar preocupación antes, durante y después del encuentro por que todo sea placentero para ambas partes, también resulta especialmetne evocador. En resumen, la mayoría de los efectos afrodisíacos que buscamos es sustancias ajenas a nosotros mismos, suelen residir en nosotros y en nuestras sensaciones, solo tenemos que ponernos en marcha para buscarlos.

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