La masturbación dice cosas de quien las practica. Cada mujer se masturba de una manera diferente. La masturbación es un mundo. En la mítica pelíxula “Nueve semanas y media”, la belleza de Kim Basinger se lo montaba completamente sola en una silla mientras, en la oscuridad, se sucedían las diapositivas de su galería artísitca. Sharon Stone, otra verdadera belleza de Holliwood, usaba el jacuzzi de su apartamento en “Acosada” mientras el voyeur William Baldwin le observaba.
El mundo de las series televisivas también ha hecho su aportación a la masturbación femenina. De hecho, un claro ejemplo denota la realidad de la influencia de las series para normalizar. Los vibradores comenzaron a dejar de ser un asunto tabú en cuanto fueron apareciendo y tratándose con absoluta normalidad en la serie “Sexo en Nueva York”. Resultan entrañables las escenas en las que Charlotte decidía cambiar a sus amantes por el artilugio eléctrico al que solía llamar “el conejo”.
La ficción ha ido recreando este tipo de imágenes relacionadas con el onanismo femenino que, en realidad, no se suelen corresponder con la realidad, al menos en todos los casos, pero que sí que hacen una caricatura de las cosas que pueden suceder en el mundo de la masturbación femenina. Al fin y al cabo, la masturbación puede decir un montón de cosas sobre nuestro carácter.
El tiempo que una persona se toma a la hora de masturbarse suele decir muchas cosas sobre su personalidad. Cuando tienen a apresurarse duele tratarse de una persona inquita y nerviosa, mientras que cuando se dedican de forma parsimoniosa al noble arte de la masturbación, solemos estar ante personas tranquilas y sosegadas.
También el lugar elegido para masturbarnos suele lanzar evidencias sobre nuestra personalidad. El que elige un lugar apartado del mundo que le rodea suele tener una personalidad prudente mientras que la persona que elige un lugar donde se encuentra más expuesto, como un lugar público, suele tener un carácter más aventurero y atrevido. En cualquier caso, estamos sólo ante ideas muy generales que no tienen por qué repetirse en todo el mundo.