Hay una curiosa teoría que trata de explicar la atracción de los hombres por los pechos femeninos. La teoría mencionada se basa en que los primates, a excepción de lo shumanos, mantienen relaciones sexuals con la mujer de espaldas y el ser humano es el único que se diferencia de los demás manteníéndolas de frente. Esta teoría vienen a explicar que los pechos grandes imitan mejor a unas nalgas grandes que es lo que nuestro instinto debería esperar. Curioso, ¿no?
Otras teorías ponen el origen de la fijación masculina por los pechos de las muejres a un nivel neurológico. Establecen una curiosa relación entre el vínculo formando entre madre e hijo a través de la alctancia. Esta teoría también hace que la oxitocina también entre en juego. Sea como fuere, parece claro que el papel de las tetas de la mujer como elemento sexual tienen un importante poder que se acrecenta aún más en el ámbito cultural, transcenc¡diendo de lo meramente biológico.
La relación que existe entre los pechos y la sexualidad resulta muy evidente y se pone de manifiesto en el uso de los mismos como un elemento sexual más. Las tetas ocupan un lugar destacada y protagonista en cualqueir encuentro sexual que se precie. Sin embargo, parece que este hecho wa algo bastante extraño, ya que los científicos aseguran que ningún otro mamífero siente este tipo de atracción por las glándulas mamarias de su especie.
No s epuede hablar de los pecheos femeinos sin hacer una menciçon al cancer de máma que resulta ser el más frecuente entre mujeres y que, cada año, ve cómo aparecen casi un millón uyb medio de nuecos casos. Trabajar en la detección precoz es algo que resulta fundamental para tener éxito en la lucha contra esta terrible enfermedad.