Masturbar a una mujer no es tarea fácil cuando la experiencia no es mucha. Hay que tener en cuenta que la autoexploración nos permite, desde muy jóvenes, llegar a momentos de placer que, hasta que empezamos a descubrirlo no habíamos podido ni imaginar. Esta circunstancia es especialmente significativa en el caso de las mujeres. Su uso de la masturbación para conocer su propio cuerpo, generalmente, desemboca en el desarrollo de sus propias técnicas que son las que mayor placer le proporcionan. Acceder a ellas desde la ignorancia de una tercera persona tiene un proceso de aprendizaje que la experiencia suaviza. Os vamos a dar algunas reglas genéricas para aprender a masturbar a una mujer.
Lo primero que se debe saber para masturbar a una mujer es que es necesario, además de tremendamente útil, preguntar sobre las preferencias. muchas veces, la timidez o el miedo a ser tomados por inexpertos nos impide realizar preguntas que, de hacerlas, nos orientarían sobremanera en el arte de la satisfacción sexual de nuestra pareja. Esta circunstancia ha de dejar de producirse y debemos preguntar sobre cualquier cosa que nos permita ampliar los conocimientos sobre el difícil arte de satisfacer a una mujer a través de la masturbación.
El clítoris, siempre, debe estar presente en nuestras sesiones de sexo compartido. El clítoris es la zona de la anatomía humana con mayor número de terminaciones nerviosas. Es el único órgano presente el el cuerpo humano diseñado, de forma exclusiva, para proporcionar placer. En ningún caso debemos obviarlo. Si bien, hemos de tener en cuenta que de la misma manera que el gran número de terminaciones nerviosas juegan a nuestro favor cuando la excitación es grande, juegan en nuestra contra si no se ha producido. Por lo tanto, resulta conveniente, cuando quermes masturbar a una mujer, que proporcionemos un buen grado de excitación a través de otras técnicas no relacionadas con el clítoris, para volver a él tan pronto el nivel de excitación sea el adecuado.
Siempre tenemos que tener en cuenta ala hora de masturbar a una mujer que el nivel de lubricación ha de ser el adecuado. Si de forma natural no es posible conseguirla, existen una serie de lubricantes artificiales que facilitan esta tarea y la cumplen con un alto grado de eficacia.