Agrandar el pene propio ha sido y, todavía, es la preocupación de muchos varones. Seguro que más de uno de nuestros lectores ha tenido esta preocupación en algún momento de su vida o, incluso, la tienen teniendo actualmente. De hecho, ¿qué puede llevar a una persona a leer una entrada con este título si no es para aprender a hacerlo? Pues sentimos mucho desilusionar a nuestros lectores pero, probablemente, nuestra entrada de hoy no sea capaz de saciar su curiosidad. Técnicas que pretendan agrandar el pene hay muchas. Pero de ahí a que sean mínimamente efectivas va un mundo. Con toda la distancia del mundo hacia ellas y sin hacemos responsables en absoluto de lo que sugieren, vamos a comentados algunas de las fórmulas más comentadas en Internet al respecto.
Para comenzar a hablar de las técnicas para agrandar el pene con propiedad hemos de referirnos a los extensores de pene. Existen una vuela cantidad de marcas. Algunas de ellas se han anunciado en televisión hasta la saciedad así que, fácilmente, conoceréis su denominación comercial. Lo cierto sobre esta técnica es que con este método es posible alargar el pene hasta 3 centímetros. Lo que ya no es tan sencillo es mantener esas dimensiones y que no vuelva a su tamaño original. El penen no es un músculo que se pueda entrenar y, por lo tanto, el efecto de alargamiento podría cesar en pocas horas.
La única técnica para agrandar el pene que, realmente, parece ser efectiva al 100 por 100 es la cirugía. Efectivamente, a través de una intervención quirúrgica se puede agrandar el tamaño del penen entre 3 y 6 centímetros. Sin embargo, la parte negativa del asunto es la cantidad de ángulo de erección que se pierde lo que, con el paso del tiempo, se convierte en un importante inconveniente en las relaciones sexuales. Así que parece que tampoco merece la pena el esfuerzo, dadas las complicaciones a las que se puede someter la vida sexual futura.
En cualquier caso, ante cualquier problema que lleve a plantearse la posibilidad de utilizar algunas de estas alternativas, lo primero debe ser, siempre, acudir al urólogo para que nos plantee las opciones reales de solucionar nuestros problemas.