Todos guardamos en la memoria buenos recuerdos asociados a nuestro primer beso de verdad. Todos pensamos que realmente nunca nos supo igula ningñun otro. Resulta muy común, sin embargo, que los recuerdos se distorsionen con el paso ineludible del tiempo y, poco a poco, se conviertan más en imágenes de lo que deseamos qeu hubiese sucedido que en un reflejo fiel de lo que de verdad ocurrió. Entonces, ¿el primer beso es tal cual lo recordamos o no nos podemos fiar de nuestra memoria sensitiva? De verdad, ¿nos supo mejor el primer beso que cualquier otro?
La Universidad de Butler, de EEUU, puso en marcha una investigación, dirigida por el prestigioso psicólogo Dr. John Bohannon, que trataba de aportar luz a la pregunta que nos hacemos. En realidad ¿sabe mejor el primer beso o simplemente son recuerdos distorsionados que se han almaenado para siempre en nuestra memoria?
Para poner en marcha el estudio, el Dr. Bohannon seleccionó una muetra con un importante número de voluntarios. En casi todos los casos, las personas investigadas supieron describir con todo lujo de d
etalles su primer beso. Parece que este recuerdo es capaz de almacenarse para siempre en nuestra mente y parece que las sensaciones de inexperiencia vividas en su momento contribuyen de forma absolutamente eficaz a que el recuerdo se adhiera con una mayor solidez.
A pesar de la falta de inexperiencia o, quizás precisamente por ella, la preparación para este primer beso o para cualquier otro tipo de actividad sexual practicada por primera vez requirieron de una mayor meticulosidad. La incertidunbre de no conocer exactamente que es lo que pasaría en el momento decisivo no la respeusta de nuestro acompañante parece que contribuyen a que el nivel de fijación en el córtex sea mayor que el de un recuerdo normal.