La cocina y el sexo, necesariamente, tienen que estar relacionados. Si existen dos placees extremos, capaces de sublimar cualquier cosa que seamos capaces de compartir con otro ser humano esos son, din duda, la cocina y el sexo. No hay un mejor momento para compartir con alguien por quien de verdad nos sentimos atraídos que el momento de una buena comida o de una cena romántica. Pero no todo acaba ahí, si ampliamos los momentos placenteros que nos proporciona una buena comida compartiendo también la preparación de la misma, la combinación puede resultar, sencillamente, el éxtasis. La cocina y el sexo, de forma necesaria, tienen que estar relacionados
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Cocinar con alguien por quien nos sentimos atraídos es mucho más que compartir una actividad en pareja sin más. Se trata de alcanzar el penúltimo grado de intimidad antes del sexo. Nada resulta más apasionante que adentrarse en las pasiones culinarias de alguien. Nada nos permite conocer tanto a una persona como compartir con ella los momentos de preparación de un buen bocado. Compartir la cocina con la persona adecuada es una forma extraordinaria de alcanzar el mayor grado de intimidad posible. La cónica y el sexo, necesariamente, debe estar relacionadas.
Algunos estudios demuestran de forma científica la relación que diste entre la cocina y el sexo. El departamento de psicología aplicada de la prestigios Universidad de Manhattan ha publicado recientemente un estudio cuyas conclusiones afirman que el 86% de los mayores de edad ha mantenido sexo, al menos una vez e su vida, en la cocina de su casa mientras, junto a su pareja, preparaban la comida o la cena. Casi la mitad, además, lo han hecho teniendo ionizados en casa que, en la mayoría de los casos, han permanecido ajenos a la situación. En otros casos, han sido los propios invitados los que han compartido la intimidad de una parte de la pareja pero esto es otra historia será contada en otro momento.
Más allá de la complicidad que genera de cara al sexo la actividad dentro de la cocina, algunos autores sostienen que, incluso, podemos predecir el comportamiento de un hombre en la cama viendo, simplemente, cual es su comportamiento en la mesa e, incluso, en la cocina. No cabe duda que tanto comer como mantener actividad sexual son algunos de los instintos más básicos con que cuenta el ser humano, por lo que la relación entre la cocina y el sexo puede tener ahí una base de unión sólida.