El calor de este verano está siendo especialmente insistente. La ola de calor comenzó con al primavera y, ya en el mes de septiembre, seguimos con ella. Apenas hemos descansado algunos días de ella. El buen tiempo siempre es favorable para el sexo. El sol y las temperaturas agradables sacan lo mejor de nosotros y la excitación sexual sale en busca de víctimas propicias para dar salida a nuestras fantasías eróticas. Sin embargo, cuando las temperaturas son tan altas, parece que la astenia se apodera de nosotros. En cualquier caso, esto no tienen por qué ser así. Si somos capaces de manerjar con soltira el calor, también podemos disfrutar de unas increíbles sesiones de sexo. Sólo hay que hacer que el exceso de calor juegue a nuestro favor.
Cuando el calor se hace insoportable, bien podemos acudir al congelador a buscar hielo con el que comenzar una agradable sesión de juegos eróticos. Cuando el hielo se mezcla con el calor de la piel desnuda, la excitación sexual se dispara, ya que el frío hace más sensible la piel y, por lo tanto, más receptiva a estimulos de todo tipo. Cómo establecer rutinas que sean capaces de erotizar toda la extensión corporal de tu pareja es algo que dejamos a tu imaginación.
Combatir el calor con una ducha de agua fría siempre es algo que resulta efectivo. Si al efecto del agua fría le añadimos la compañía de alguien a quién explorar y que nos explore, todo mejora sustancialmente. Contra lo que la mayoría de las personas piensan, los efectos del agua fría sobre la piel son tremendamente erotizantes ya que activa al circulación sanguínea, la sangre fluye con mas facilidad y, por lo tanto, hace que crezca la libido. Además, en los hombres, se dispara el nivel de testosterona, lo que hacer crecer el deseo sexual.
El calor favorece aligerar nuestras ropas y enseñar nuestra piel. la ropa, con temperaturas altas, se llega a sentir, casi, como una prisión del propio cuerpo. Mostrar centímetros de piel es una manera de, por un lado, liberar un órgano oprimido y, por otro, de ofrecernos a un mundo de sensaciones que se muestra receptivo a nuestra provocación.
