No todo el mundo habrá oído hablar de la Lex Scantinia. Se trataba de un paquete de normas jurídicas que regían en la antigua Roma y que la mayoría de historiadores suponen que nació para perseguir a aquellos varones libres que asumiesen un rol pasivo en una relación homosexual. Efectivamente, el primer dato que llama la atención es la diferente consideración que la Lex Scantinia atribuía a los dos participantes de una relación homosexual con penetración según se realizase o se recibiese la misma.
Parece que, siempre desde la respectiva social imperante en la antigua Roma, el rol pasivo en una relación sexual entre dos hombres suponía una clara amenaza a la masculinidad y, por lo tanto, a las pretendidas firmes estructuras sociales imperantes. De hecho, la Lex Scantinia reservaba ese papel, de forma exclusiva, a mujeres y esclavos. Incluso en las legiones, la homosexualidad ente los soldares llegaba a ser considerado como una importante violación al código ético militar y, por lo tanto, estaba sujeto a importantes sanciones.
A los ciudadanos varones libres del Imperio romano,únicamente se les permitía participar en relaciones sexuales con otros hombres en el caso de que estos se trataran de esclavos o cautivos. De hecho, el incumplimiento de la Lex Scantinia cuando esta se producía dentro del ejército podía llegar a castigarse, incluso, con la pena de muerte.
Plutarco ilustra perfectamente la mentalidad de la sociedad romana, implícita en la Lex Scantinia, en la biografia de Mario, donde se describe un suceso en el que un soldado, tras recibir una agresión sexual de un superior, mata al oficial agresor. Lejos de ser condenado por asesinar a un superior, la legión romana le premió con la corona de valentía, al haber defendido con honor su masculinidad y, de paso, la pureza del hombre libre romano.
Según Pomponio, eminente jurista de la época, los hombres violados por enemigos, en tiempo de guerra, o por ladrones o criminales, en tiempos de paz, estaban libres de la aplicación de la Lex Scantinia ya que, en este caso, al producirse los hechos en contra de su voluntad, no debían cargar con ningún tipo de estigma social.