¿Eres una mujer y no sabes dónde lamer a tu chico en lo momentos de excitación? ¿Eres un hombre y buscas algún estímulo mayor cuando estás en plena faena pero no se te ocurre cómo pedir que te lo hagan y, sobre todo, qué te tienen que hacer? En el sexo hay un montón de cosas que se pueden llevar a cabo para estimular nuestros cuerpos y los de nuestros compañeros de aventuras sexuales. Sin embargo, no sierpe sabemos estar a la altura de las expectativas. Las caricias, los abrazos, los masajes son buenas herramientas para alcanzar el nivel de excitación necesario para disfrutar de un inolvidable sesión de sexo. Pero si hay una parte del cuerpo que puede hacer temblar a cualquiera cuando se usa bien, esa es la lengua. Y si hay una acción que pude llevarnos al éxtasis más absoluto, sin duda, esa es lamer.
Pero cuando hablamos de lamer no hablamos de sexo oral. Al menos, no solamente. Claro que el sexo oral resulta tremendamente estimulante y placentero. Por supuesto que sí. Pero no sólo de lamer vaginas o penes viven hombres y mujeres. Si tenemos una lengua y somos capaces de atacar en el lugar indicado, a poco que contemos con un mínimo de pericia, el resultado puede ser completamente espectacular.
Las mujeres tienen la sensación de que a los hombres lo único que les interesa es que le chupen el pene pero, sin embargo, eso es tan inexacto como que encontrar alguien que sea capaz de lamer su vagina sea la única aspiración sexual de una mujer.
Existen más zonas erógenas, tanto para hombres como para mujeres, que lamer. lo que sí es cierto es que, se trate de la zona erógena que se trate, los estímulos que se proporcionan dulcemente con la lengua son los más eficaces y gratificantes.
Prueba a lamer a tu pareja algunas de las siguientes partes de su anatomía: sien, cuello, mentón, cuello, orejas, pezones, gluteos, pectorales, crac interna de los muslos, gemelos, cercanías del ano, pies e, incluso, rodillas. Descubrirás que no sólo de pene o vagina viven hombres y mujeres… O como sea.
