El semen es vida. Pero no sólo es vida en el sentido que todos conocemos. Por supuesto que en la unión del espermatozoide que transporta el semen con el óvulo está el origen de la vida, pero nuestra afirmación va más allá. El semen, al margen de en la reproducción, también está presente en nuestra pasión sexual. De hecho, la salud de una mujer que tienen contacto habitual con semen es mucho más fuerte que la de una mujer que no tienen este tipo de contactos. Estamos ante una presencia fundamental en los momentos de pasión, pero también en un elixir para la eterna juventud… o casi.
Importantes estudios al respecto han concluido que el semen le sirve a la mujer como estímulo para la fabricación de las hormonas necesarias para el ciclo de la ovulación. En estos mismos estudios se afirma que la ingestión de semen resulta beneficioso para que la ovulación de las mujeres sea más sana y, además, colabora de forma fundamental para la preparación del cuerpo femenino para el embarazo.
El semen se vienen utilizando, desde hace más de 3000 años, como crema facial. De hecho, el mercado moderno no ha podido evitar la tentación y hace años que se comenzaron a lanzar diferentes cremas faciales cuyo contenido en semen humano es importante. Sin embargo, para mejorar la piel de forma rápida y eficaz, los expertos señalan la aplicación directa sobre la cara como el mejor de los remedios. Como si de un body milk se tratase.
La ingesta diaria de complementos vitamínicos y minerales está muy extendida para complementar nuestra dieta. Sin embargo, no es necesario hacerlo a través de pastillas o píldoras de divicil digestión. El semen de un hombre contienen suficientes cantidades de calcio, magnesio o vitamina C como para no hacer necesaria la toma de píldoras. Basta con tragarse el semen, al menos, una vez a la semana. Lo que si hay que tener en cuenta es que los componentes del semen se alteran a partir de los 15 minutos desde el momento de la eyaculación, por lo que es conveniente tragárselo antes de que esto suceda.