El voyeurismo es una parafilia que consiste en obtener placer sexual mientas se observan cómo otros practican sexo. Algunas variaciones incluyen la mera observación de personas desnudas o, incluso, desnudándose. La mayoría de las investigaciones que se han realizado al respecto determinan que, algunas de las personas que practican vouyerismo, presentan síntomas de timidez extrema, inseguridad y ciertas dificultades para hablar y entablar una relación de cualquier índole con las personas del otro sexo. También parece que, frecuentemente, esta parafilia se practica como respuesta a un impulso incontrolable y, por tanto, en absoluto voluntario.
Parece que las conductas voyeuristas tienen su primer origen en los primeros 18 meses de vida del niño, siempre desde las teorías más psicoanalíticas, donde, aún, la persona no cuenta con una capacidad de pensamiento relacionado con lo concreto. Precisamente, este tipo de pensamiento se suele desarrollar entre los y los 8 años de edad. Por tanto, es a partid de los 8 años cuando el niño ya se ha formado la capacidad del pensamiento concreto y, entre otras cosas, adquiere el denominado sentido del pudor. Sin embargo, está claro que no es en estas edades tan tempranas donde se consolida el voyeurismo. es entre los 15 y los 40 años cuando, definitivamente, se puede llegar a desarrollar esta parafilia.
El contacto con estímulos visuales, auditivo o kinestésico táctiles de origen sexual ,en épocas tempranas del desarrollo sexual, puede hacer que un adulto acabe abrazando la parafilia del voyeurismo. Una educación sexual adecuada en las edades en las que la sexualidad se está desarrollando puede resultar un antídoto muy eficaz contra ala parición de este y otros problemas relacionados con el sexo. La educación, también en este caso, resulta completamente fundamental .
La forma de actuar de una persona que sufre voyeurismo suele estar bastante estandarizada. Es frecuente que acudan a lugares públicos como parque, playas o polideportivos, donde hay un buen número de gente y ellos pueden esconderse fácilmente osando desapercibidos. También los hay que acuden a lugares donde la gente practica sexo furtivo, como aparcamientos nocturnos frecuentados por parejas en coche en busca de un momento de intimidad. Por supuesto, otro comportamiento típico de voyeurista es el que todos imaginamos de persona escondida con una prismáticos tras su ventana observando el baño de la vecina.