El sexo es, sin duda, un arte que se aprende. Como cualquier cosa que no es estática, que no es es siempre igual, evoluciona. Se adapta a nuestras nuevas circunstancias y a nuestras nuevas necesidades.
¿No lo crees? Recuerdas la primera vez y compárala con las sensaciones que se sientes hoy en día, teniendo sexo. Sin duda, la sexualidad se desarrolla durante toda la vida, y se aprende gracias a las nuevas experiencias. El sexo es, sobre todo, aprender a conocerse a sí mismo. Ésta es la única manera de saber lo que nos gusta, lo que nos hace disfrutar de verdad. El sexo no es invariable en el tiempo, afortunadamente.
Con el tiempo, podemos experimentar nuestro particular progreso sexual. Porque, contrariamente a la creencia popular, el placer no es innato, sino que se aprende progresivamente con experiencias. Por lo general, todos iniciamos nuestra vida sexual mediante la masturbación, lo que nos permite descubrir nuestros propios cuerpos, el camino hacia el placer y el orgasmo después de experimentar con diferentes prácticas. El sexo se aprende.
El sexo es un arte. Y como cualquier arte, tiene pequeños secretos para convertirse en un verdadero artista profesional. Los preliminares, por ejemplo, desempeñan un papel vital en el aumento de la excitación. La regla de oro, probablemente sea olvidarse absolutamente las reglas. Para encontrar el máximo placer es necesario variar las posturas o variar los ritmos. Darle diversidad a cada acción. Prueba nuevas prácticas y atrévete a cumplir las fantasías de los dos.
El largo aprendizaje sexual comienza con nuestra iniciación sexual en la cuna. La suma de experiencias nos hará haciendo descubrir sensaciones que irán conformando nuestra vida sexual. nos ayudará a entender nuestro cuerpo, las cosas que vamos sintiendo y nos irá marcando un camino por el que movernos en el sexo en el que nos sitiamos los suficientemente cómodos. Precisamente, ese viaje que no termina nuca es el que, en realidad, nos hará continuar disfrutando de forma activa de la sexualidad. Nunca acabamos de aprender suficiente porque es el aprendizaje el que nos permite disfrutar completamente del sexo. Mientras continúe intacta la capacidad para aprender sobre sexo continuará intacta la capacidad para disfrutar de él.