En Europa, únicamente Suiza tiene una legislación que ampara los derechos sexuales de los discapacitados. Actualmente en España una asociación catalana sin ánimo de lucro está gestionando los servicios íntimos de las personas con discapacidad. Únicamente se encarga de poner en contacto a usuarios con asistentes.
El beneficio terapéutico de la actividad sexual es incuestionable y mitiga las necesidades de persona que por sí mismas no pueden satisfacerse. Según en qué casos, los beneficios se reflejan de diversas formas, ya sea a nivel motor o sensitivo.
Cuando una persona es sexualmente activa, su calidad de vida mejora significativamente. Esto es un hecho probado no sólo para personas con discapacidad sino para todo el mundo. Existen millones de artículos que rezan sobre las bondades de la actividad sexual y sus mejoras a todos los niveles. No se acaba de entender muy bien que no se regule a nivel legislativo algo que es potencialmente tan beneficioso para la salud de una persona y que se prive a los discapacitados de este beneficio.
En el caso de los discapacitados psíquicos, diversas asociaciones expresan su preocupación por la ansiedad de los padres al no tener oportunidades de ejercer su sexualidad pero sí necesidades y también, por supuesto, el instinto sexual. De hecho, en ocasiones son los propios padres los que satisfacen a sus hijos. Y como es lógico esto no es algo que corresponda hacer a un padre, ya que hay profesionales que saben cómo hacerlo.
Mientras esta situación sigue sin regulaciones legislativas, por medio de las asociaciones se van dando pequeños pasos para cubrir estas necesidades. Desde asociaciones como Sex Asistent se está dando una formación específica para los asistentes sexuales. Tandem Team Barcelona, asociación sin ánimo de lucro, ya tiene en marcha un protocolo de asistencia sexual para personas con diversas discapacidades. Como era de esperar, el proyecto sale adelante sin la colaboración de la administración pública.
El proyecto tiene como fin poner en contacto a personas que quieren recibir servicios sexuales con otras que los ofrecen. Para ello hacen una selección personalizada de unos y otros y los ponen en contacto para que luego ellos acuerden, sin intermediarios, lo que crean conveniente. El acuerdo económico sí que existe pero queda exclusivamente entre los dos interesados.
