EL Tuppersex hoy es muy conocido. Hubiera sido impensable en 1950, cuando resultaba toda una revolución que las señoras del barrio se juntaran en casa de una vecina para ver muestras de fiambreras y recipientes con tapa para guardar el puré de patatas, que, tan sólo 50 años más tarde, las nietas de estas señoras se juntasen en casa de una vecina, en una reuní´n de Tuppersex, para ver juguetes sexuales, lencería erótica, afrodisiacos, lubricantes, etc.
¿De dónde viene la expresión «Tuppersex»? “Tupper” en honor al señor Earl Tupper que hizo famosas las reuniones en las que un grupo de mujeres se juntaban para recibir información de un producto y luego, si les gustaba, lo compraban. “Sex” porque es sexo en lengua inglesa.
Tuppersex ha acercado los juguetes eróticos a la mujer cotidiana, la que nunca iría a una tienda de productos eróticos, ni siquiera entraría en internet a ver una tienda virtual y, mucho menos , daría sus datos para comprar por internet un vibrador. Gracias a las reuniones tuppersex, cualquier mujer que lo desee puede acceder tanto a juguetes sexuales, lencería erótica, afrodisiacos y lubricantes como a la explicación de cómo se usa y la manera de sacarle el mejor rendimiento a un objeto.
Las reuniones Tuppersex consisten, bçasicamente, en que, previa concertación de una cita, la asesora de Tuppersex llega a casa de la anfitriona, que es la persona que pone la casa, concierta la cita y queda con ocho o diez amigas en su casa para la reunión. La asesora llega con su maleta llena de “fantasías sexuales”, a saber: vibradores, dildos, lencería, lubricantes, afrodisiacos, estimulantes y todo tipo de productos eróticos que nos podamos imaginar. Durante unas tres horas esta profesional se dedica a explicar el funcionamiento de todos sus chismes y va resolviendo todo tipo de dudas. Las chicas pueden tocar, oler y, según qué producto, incluso probar.
Al finalizar la reunión, una a una, las chicas van diciendo en cuál de los productos vistos está más interesada. Habitualmente no se exige un mínimo de compra pero sí que las empresas suelen pedir que el total de las compras compensen el viaje y el tiempo empleado por la asesora.
Estas reuniones van dirigidas a mujeres que se han dado cuenta de que el momento del sexo también debe tener una parte de risas, juego y buen humor.