El sexo contigo mismo fue el tema que tratamos en nuestra última entrada. Para abundar en el asunto, daremos algunas razones por las que el sexo contigo mismo puede ser beneficioso. Cuando no tenemos las cosas claras, es buena idea tener a mano un argumentario que nos ayude a tomar nuestras propias decisiones.
Explorar el placer propio es una excelente ruta para comprender qué tipo de estimulación física disfrutas. Una vez que sepas qué tipo de presión disfrutas, qué zonas prefieres que te estimulen o si quieres o necesitas estimular varias zonas a la vez. Podrás llevar este conocimiento al dormitorio con tu pareja. Esto significa mejor sexo, lo que también puede conducir a un mayor deseo.
Cuando te masturbas, a veces puede ser más fácil explorar más fantasías e ideas tabú. Después de todo, no necesitas explicarle a nadie lo que quieres o por qué estás interesado en una idea en particular. Simplemente puedes explorarlo sin salir a cazar por razones psicológicas profundamente arraigadas.
Otro aspecto positivo de la masturbación es que te ayuda a descubrir qué es lo que te pone en marcha. Porque te desvías naturalmente hacia las cosas que realmente disfrutas cuando estás solo. No complacer a tu pareja ni a nadie más. Solo tú, contigo mismo, experimentando placer.
Así como saber lo que te excita es importante, es igualmente importante entender lo que no te pone en marcha. Para tener buen sexo contigo mismo y con otra persona, saber qué es lo que te desagrada es clave. Por ejemplo, sabiendo que un movimiento en particular te apaga, el sexo con las luces apagadas no te hace nada, escuchar a tus hijos jugando en el fondo es un limitador para tu deseo y excitación.
Sin esta información crucial, puedes creer que está luchando con un deseo sexual bajo o nulo, cuando en realidad, se pueden hacer pequeños ajustes para experimentar más deseo y más placer.
Tener sexo en solitario es una exploración de todos vosotros. No solo te enseña cuáles son tus gustos y disgustos, sino que también es muy informativo sobre tus límites. Estos pueden ser límites relacionados con ciertas fantasías sexuales, pero también con ciertas áreas de tu cuerpo que no quieres tocar. Al masturbarte, puedes explorar estos límites en un ambiente seguro, libre del miedo al juicio de los demás. De esta manera, puedes probar cosas y reaccionar a lo que tu cuerpo y tu mente te dicen, en lugar de pensar en tu pareja y cómo se sentiría al respecto.