Las relaciones cuckold se dan con relativa frecuencia. Esa cierto que, hasta no hace mucho tiempo, no tenian excesiva visibilidad. Sin embargo, esto no quiere decir que no existiesen algo escondidas. Lo cierto es que, de un tiempo a esta parte, van aflorando a la superficie y dotándose de una presencia que parecía que antes no tenían. En cualquier caso, las relaciones cuckold ya no asustan a nadie y no dejan de ser una opción sexual más. Como cualquier otra.
El término cuckold apareció por primera vez en la literatura inglesa en 1562. Cuckold se refiere al hecho de que el hombre que está siendo cornudo es el último en enterarse de la infidelidad de su esposa. Esto también se refiere a una tradición que afirma que en los pueblos de la época europea, la comunidad se reunía para humillar colectivamente a un hombre cuya esposa daba a luz a un hijo que no era suyo. Según esta leyenda, se realizaba un desfile en el que se obligaba al desventurado marido a llevar una cornamenta en la cabeza como símbolo de la infidelidad de su mujer.
Las relaciones cuckold, en los tiempos modernos, se ha transformado en lo que algunos llaman un fetiche sexual o, para algunas parejas, un estilo de vida. Podemos observar que la práctica suele ser impulsada por hombres. Nada parecido a la humillación no deseada del pasado. En general, el esposo obtiene placer sexual al ver a su esposa tener relaciones sexuales con otros hombres.
El papel de «víctima» del esposo es definitivamente un elemento importante dentro de este juego sexual. En la subcultura fetichista de los cuernos, la mujer es retratada como sexualmente dominante. Por el contrario, el hombre asume un papel sumiso. Cuando esto sucede, el hombre solo se involucra con ella o su amante cuando ella lo permite. A veces permaneciendo completamente célibe durante periodos largos dentro de la relación de pareja. Uno de los ingredientes principales en el mundo de las relaciones cuckold es la práctica de la humillación, y que la liberación sexual del esposo se retenga hasta que su esposa decida permitirle llegar al clímax.
