Cuando hablamos del pene interno, hemos de saber que la mayor parte del tejido del eje del pene se compone de tres cámaras de erección que contienen tejido eréctil vascular esponjoso. Los cuerpos cavernosos emparejados, cuerpos en forma de cueva, y el cuerpo esponjoso único cuerpo esponjoso. Aunque son cilindros individuales, los cuerpos cavernosos están interconectados y comunicados. Los cuerpos cavernosos discurren paralelos por el eje del pene colgante y divergen al nivel del componente interno del pene, formando los pilares que están anclados a los huesos pélvicos.
La uretra canal, que conduce la orina y el semen, está envuelta por el cuerpo esponjoso, que comienza en el perineo, donde se expande para formar el bulbo y se extiende hasta formar el glande del pene. Se encuentra en el surco entre los cuerpos cavernosos. Si imaginas que tu cuerpo representa el pene, tus piernas son tus pilares, tu torso es el pene externo y tu cabeza es el glande. Para que su torso y cabeza se mantengan erguidos, necesita que sus piernas estén firmemente plantadas. De lo contrario, tu torso se derrumbaría en el suelo.
Aliados importantes e íntimamente conectados de tu pene interno son los músculos del piso pélvico, que trabajan con las cámaras de erección del pene. Los dos músculos del suelo pélvico importantes que intervienen en la función sexual son los músculos bulbocavernoso e isquiocavernoso. El BC rodea la porción interna más profunda de la uretra y cubre y comprime el bulbo del pene. Es realmente un músculo compresor, así que lo llamo compresor uretral. En su estado relajado, actúa como un puntal interno que ayuda a anclar el aspecto interno más profundo del pene.
Cuando el músculo se contrae activamente después de orinar, comprime la uretra para expulsar las últimas gotas de orina que quedan en la uretra profunda. Durante las relaciones sexuales, ayuda a mantener el cuerpo esponjoso y el glande tumescentes. En el momento del clímax, este músculo es el responsable de la expulsión del semen en virtud de sus fuertes contracciones rítmicas, lo que permite que se produzca la eyaculación y contribuye al orgasmo.